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Un siglo de vida, mil historias de Hermosillo

Desde su inauguración en 1910, el Mercado Municipal José María Pino Suárez ha sido testigo y protagonista del devenir de Hermosillo; su historia es la historia de la ciudad, desde el Parián Viejo hasta el moderno corazón comercial del centro.

Un siglo de vida, mil historias de Hermosillo

Construido en tiempos del Porfiriato, interrumpido por la Revolución y renombrado tras ella, ha sobrevivido remodelaciones, crisis, abandono y renacimientos. Aún hoy, resiste como símbolo de la identidad popular.

Aquí, entre pasillos de fruta, carne, pan y chiltepín, se han cruzado generaciones: locatarios que heredan locales y recetas; clientes que regresan por tradición. El mercado es más que arquitectura: es memoria viva, afectiva, comunitaria.

Declarado Patrimonio Cultural en 2017, su protección legal reafirma su valor en la memoria colectiva de Hermosillo. Hoy, se proyecta como el puente entre lo que fuimos y lo que aspiramos ser.

Al tener una gran importancia el Mercado Municipal como edificio de encuentro social y de significación histórica, es considerado un monumento histórico, señaló Zenón Tiburcio Robles.

El delegado del INAH en Sonora expuso que en 2017 hizo una declaratoria de patrimonio histórico de la ciudad, lo cual también lo protegen leyes locales, estatales y federales; algunos de los materiales a utilizar fueron la cal, ladrillos no convencionales y una malla especial traída de Italia y que es avalada por el INAH.

“Entre las cosas que se pudieron utilizar en la cubierta también se utilizó una lámina contemporánea térmica que pesa menos y que permitió quitar a la estructura metálica que tiene originalmente”, añadió.

Así mismo, destacó que la pintura del inmueble fue mandada a hacer debido a que las actuales no permiten que “respire” el edificio.

“La pintura que se recomienda en muchas partes se tuvo que hacer para que respire, en algunas partes sí se tienen que utilizar esmaltes, digamos, sobre todo en las partes exteriores porque son las que están más expuestas”, expuso.

El delegado del INAH en Sonora vio con buenos ojos la rehabilitación del Mercado Municipal, el cual fue gracias a la voluntad del Gobernador del Estado, Alfonso Durazo Montaño y la coordinación con los comerciantes.

“Hemos platicado mucho con los locatarios y han desarrollado una gran conciencia de que de aquí en adelante, ellos son los responsables de que ese edificio se conserve como tal; esto es otra de las buenas enseñanzas que nos deja el proceso, aparte de tener un mercado mucho más visitable, seguro, funcional, y que seguramente nos va a dar muchas satisfacciones”, expuso.

Labor titánica

Realizar la rehabilitación de edificios de carácter histórico en una era moderna puede ser difícil, reveló, sin embargo, hay una gran satisfacción al poder cumplir con los requerimientos necesarios para poder concretar la labor, que no sólo beneficio a unos cuantos sino a una gran cantidad de pobladores

Tiburcio Robles destacó la importancia de contar con un manual de intervención en el inmueble para que los comerciantes, que serán los encargados de supervisar el producto final de la obra, puedan conocer qué es lo que se debe de hacer.

“De ahora en adelante el compromiso nuestro, pero también el de los locatarios, es el de que cualquier modificación, cambio o necesidad de intervención en el edificio tendrá que ser autorizado por el municipio y por las autoridades correspondientes”, comentó.

El delegado del INAH en Sonora, puntualizó que una vez que sea reaperturado, los ciudadanos podrán disfrutar de un espacio que aún cuenta la historia de la ciudad, pero con mejores instalaciones.

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