La sordera no atendida puede causar depresión y ansiedad

Ciudad de México. – La pérdida auditiva, también conocida como hipoacusia, se ha identificado como un problema creciente en México, con posibles implicaciones en la salud mental de la población.

De acuerdo con especialistas, este tipo de afección puede influir en el desarrollo de trastornos como la depresión, debido al aislamiento social y la dificultad para comunicarse.

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La hipoacusia puede presentarse en uno o ambos oídos y se clasifica en cuatro tipos: Conductiva, neurosensorial, mixta y retrococlear.

Cómo afecta la sordera

Cada uno de estos tipos tiene causas y tratamientos específicos. La sordera está relacionada con condiciones como el estrés, la ansiedad y la frustración, ya que las personas afectadas deben realizar un esfuerzo adicional para participar en conversaciones o desenvolverse en ambientes con ruido.

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La hipoacusia va más allá de la dificultad para comunicarse; influye directamente en el bienestar emocional de las personas. Una evaluación temprana y el acceso a soluciones adecuadas transforman la calidad de vida de los pacientes.

Por ello, es fundamental realizar chequeos auditivos periódicos, ya que permiten identificar cualquier alteración a tiempo y adoptar estrategias que promuevan una salud óptima. Entre algunas de las opciones disponibles se encuentran los audífonos y los implantes cocleares, como los desarrollados en Austria. Estos últimos son capaces de recuperar la audición una vez que se ha perdido, siendo el único sentido que puede recobrarse”, explicó Dulce María García Jacuinde, médica audióloga y de soporte clínico en MED-EL México.

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Depresión en personas con sordera

La Secretaría de Salud estima que en México 3.6 millones de personas adultas padecen depresión, y entre las posibles causas de este padecimiento se encuentran enfermedades crónicas, incluida la pérdida auditiva.

Según datos oficiales, aproximadamente 2.3 millones de personas en el País tienen discapacidad auditiva. De ese total, más del 50 % son mayores de 60 años, poco más del 34 % tienen entre 30 y 59 años, y cerca del 2 % son niñas y niños.

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Especialistas indican que las personas con pérdida auditiva tienden a evitar reuniones o actividades sociales, lo que puede generar sentimientos de soledad y tristeza.

Riesgos mayores

Esta situación, señalan, puede derivar en un mayor riesgo de depresión y aislamiento social. Además, la hipoacusia puede estar asociada con alteraciones cognitivas, frustración, disminución de la autoestima y aumento de los niveles de ansiedad.

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Frente a este panorama, profesionales del sector salud subrayan la importancia de fomentar el cuidado auditivo y promover la detección temprana.

Destacan que los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de soluciones como los implantes cocleares, que ofrecen una alternativa para personas con pérdida auditiva severa.