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No solo con ladridos: así se comunican los perros entre ellos

Los perros se comunican entre ellos con posturas, sonidos y olores; su lenguaje va mucho más allá del ladrido.

Aunque a simple vista parezca que los perros se comunican solo con ladridos o moviendo la cola, lo cierto es que su forma de hablarse entre ellos —y con nosotros— es mucho más compleja. Una mirada, una postura corporal, un gruñido suave o incluso el simple hecho de olerse, son parte de un lenguaje sofisticado y multicanal que los canes usan todos los días.

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¿Cómo se comunican los perros entre ellos?

La comunicación entre perros es todo un sistema sensorial que involucra el cuerpo, los sonidos y el olfato. A diferencia de los humanos, ellos no dependen del lenguaje verbal. En su lugar, utilizan lo que tienen a su alcance: su cuerpo y sentidos bien desarrollados.

Según expertos de la plataforma Rover, el lenguaje corporal es la herramienta más importante para los perros, mucho más que los ladridos. Esto significa que para entender a un perro, es clave observarlo con atención.

Lenguaje corporal canino: lo que dice su cuerpo

Los perros tienen una forma muy visual de comunicarse, y cada parte de su cuerpo transmite información. Aquí algunos ejemplos:

  • Cola: si está erguida y firme, puede señalar confianza o alerta. Si está baja o metida entre las patas, probablemente hay miedo o sumisión. Una cola que se mueve rápido en alto puede significar emoción, pero también tensión.
  • Orejas: hacia adelante indican atención o reto, mientras que hacia atrás pueden ser señal de miedo o incomodidad.
  • Postura: un perro encogido está asustado; uno que se estira con las patas delanteras y la cola arriba está invitando al juego.
  • Mirada: una mirada directa puede ser un desafío, y evitarla generalmente expresa respeto o sumisión.

Sonidos: una forma secundaria de comunicación

Aunque no es el principal medio, los perros también utilizan vocalizaciones para expresarse. Cada sonido tiene un matiz distinto:

  • Ladridos: varían según el contexto. Pueden significar alegría, advertencia, miedo o frustración.
  • Gruñidos: no siempre son negativos. Un gruñido suave puede formar parte del juego, mientras que uno corto y grave es una advertencia clara.
  • Aullidos: provienen de sus antepasados lobos. Se usan para comunicarse a larga distancia, aunque también pueden hacerlo por soledad o estímulos como sirenas.
  • Gemidos: suelen expresar ansiedad, dolor o búsqueda de atención.

El olfato en los perros: su lenguaje secreto

Para los perros, el olfato es como una red social invisible. Se comunican a través de feromonas y olores que emiten con su cuerpo, principalmente con la orina y las glándulas anales. Por eso, cuando un perro huele el trasero de otro, no es un acto grosero, sino una forma de obtener información esencial sobre el otro.

Es como revisar una tarjeta de presentación con olor”

—  explican veterinarios.

Con ese escaneo pueden saber si el otro está enfermo, en celo, estresado o qué comió.

Juegos, saludos y reglas entre perros

En los encuentros con otros canes, el lenguaje se vuelve aún más evidente. Cuando dos perros se conocen, suelen hacer una “reverencia” —bajar el pecho y alzar la cola— como invitación a jugar. También se huelen, se rodean y hacen pausas estratégicas.

Durante el juego, se mandan señales para mantener la interacción amistosa. Por ejemplo:

  • Sacudirse el cuerpo indica que quieren hacer una pausa.
  • Morder suavemente es señal de juego.
  • Si uno se pone tenso o lanza un gruñido, el otro suele calmarse o retirarse.

¿Y si no se entienden?

No todos los perros hablan el mismo “idioma” con la misma fluidez. Las diferencias de tamaño, edad, energía o experiencias pasadas pueden llevar a malentendidos. Por ejemplo, un perro joven y efusivo puede incomodar a uno mayor o más tímido.

Cuando las señales no se leen bien, pueden surgir conflictos. Por eso, es necesario que los humanos también aprendan a leer este lenguaje.

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Entender el idioma canino fortalece el vínculo

Aprender a interpretar la comunicación entre perros no solo previene peleas, también mejora la relación con nuestras mascotas. Reconocer cuándo están felices, estresados o simplemente quieren jugar, permite ofrecerles un ambiente más saludable y respetuoso.

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