La Ciudad del Sol: una historia llena de orgullo

Más allá de los grandes escenarios, las Fiestas del Pitic 2025 fueron un reflejo profundo de lo que significa ser hermosillense: durante cuatro días, la ciudad festejó sus 325 años de fundación y se reencontró consigo misma, con su gente y con su historia compartida.Desde familias enteras que caminaron entre foros y plazas, hasta abuelos que bailaron con sus nietos en medio de la música, esta edición se vivió con un fuerte espíritu de comunidad.

Todos se reunieron para cantar, aplaudir, compartir una deliciosa comida o simplemente, ver con orgullo cómo Hermosillo se llenaba de vida gracias a miles de visitantes que se dieron cita en el Centro Histórico.El aire de celebración estuvo presente en cada rincón: con más de 283 mil asistentes a lo largo del festival, no sólo se rompieron récords, sino que se reafirmó algo aún más importante: el deseo colectivo de mantener vivas las tradiciones y de construir una ciudad que valora su cultura.La música fue el hilo conductor de las emociones durante todas las fiestas: desde ritmos latinos hasta propuestas alternativas, cada escenario ofreció algo distinto y logró que personas de todas las edades encontraran un motivo para quedarse, cantar y bailar. Más allá de los aplausos y los reflectores, lo que realmente marcó cada noche fue esa sensación de estar conectados, de compartir algo más grande: el orgullo de vivir y celebrar el orgullo de ser hermosillense.Las Fiestas del Pitic 2025 fueron más que la celebración de un aniversario más; fueron el espejo de lo que es Hermosillo: una ciudad donde el arte une, donde la familia tiene un lugar central y donde la historia se escribe entre todos.