Claves para preparar un matcha perfecto en casa y disfrutar todo su sabor
El matcha se ha vuelto una estrella dentro del mundo de las bebidas naturales por su versatilidad.

El matcha no solo conquista por su vibrante color verde, sino también por los múltiples beneficios que aporta. Esta bebida tradicional japonesa ha cruzado fronteras, convirtiéndose en una opción recurrente para quienes buscan un estilo de vida más saludable. Sin embargo, preparar matcha en casa es todo un arte: los errores más pequeños pueden echar a perder su sabor, textura e incluso sus propiedades. Aquí te contamos cuáles son los más comunes y cómo evitarlos para que tu taza de matcha sea perfecta cada vez.
El arte de un buen matcha
El matcha se ha vuelto una estrella dentro del mundo de las bebidas naturales por su versatilidad. No solo se disfruta como té caliente o frío, también se incorpora en batidos, postres o productos de panadería. Sin importar su presentación, la base siempre debe ser un matcha bien preparado.
Entrenar el paladar para reconocer sus notas dulces, amargas y su textura sedosa lleva tiempo. Pero antes de afinar tu gusto, hay que dominar los aspectos técnicos. Aunque a simple vista parece tan simple como mezclar polvo con agua, la realidad es otra: ciertos pasos marcan la diferencia.
Los errores más comunes al preparar matcha en casa
1. No medir correctamente la porción: La proporción de matcha que uses define la intensidad y calidad de tu bebida. La medida estándar es de 1/2 a 1 cucharadita por cada 250 ml de agua. Sin embargo, también influye el tipo de matcha: los de grado ceremonial (más finos y de sabor intenso) requieren menos cantidad para lograr una bebida balanceada. Medir al ojo puede llevarte a una taza demasiado amarga o, por el contrario, insípida.
2. Usar agua demasiado caliente: Una de las claves para no arruinar el matcha es cuidar la temperatura del agua. Si está demasiado caliente, puede “quemar” el polvo y afectar tanto el sabor como sus propiedades antioxidantes. La temperatura ideal va de los 70°C a los 80°C. Usar un termómetro de cocina puede parecer exagerado, pero es el mejor aliado para evitar errores.
3. No tamizar el polvo: El matcha es muy fino, casi como talco, y por eso tiende a formar grumos cuando se mezcla con agua. Si no lo tamizas antes de usarlo, terminarás con una bebida de textura desagradable y sabor disparejo. Pasarlo por un colador o tamiz fino ayuda a que se integre con más facilidad.
4. Mezclarlo con cuchara o tenedor: La textura del matcha necesita una herramienta especial para obtener buenos resultados. Lo ideal es usar un chasen, un batidor de bambú que ayuda a incorporar aire mientras se mezcla, logrando una espuma ligera en la superficie. Si no cuentas con uno, un espumador eléctrico para leche también funciona. Pero las cucharas y tenedores no logran disolver bien el polvo y el resultado suele ser una bebida con grumos.
Preparar matcha como un experto en casa
No necesitas ser barista o maestro del té para disfrutar de un buen matcha en casa, pero sí es importante seguir ciertos cuidados. La clave está en respetar las proporciones, la temperatura del agua y utilizar las herramientas correctas. Solo así podrás obtener una bebida suave, con notas equilibradas y sin grumos.
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Incorporar el matcha a tu rutina puede ser una experiencia placentera y saludable, siempre y cuando evites estos errores. Con un poco de práctica y atención a los detalles, lograrás preparar una taza digna de cualquier salón de té japonés.
Con información de Gourmet de México.
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