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El Imparcial / Estilos / Papa Francisco

El pastor que vino del Sur

El argentino Jorge Mario Bergoglio, jesuita y arzobispo de Buenos Aires, asumió el papado con 76 años, cargando una trayectoria forjada en el trabajo cotidiano, la austeridad y la fe encarnada en las realidades sociales de América Latina.

El pastor que vino del Sur

Cuando el mundo escuchó por primera vez el nombre de Francisco en la Plaza de San Pedro el 13 de marzo de 2013, pocos imaginaban el profundo cambio de tono que se avecinaba para la Iglesia católica; el primer Papa americano de la historia, Jorge Mario Bergoglio, había sido elegido tras la renuncia de Benedicto XVI.

Con 76 años, el entonces arzobispo de Buenos Aires asumió el pontificado bajo el nombre de Francisco, en homenaje a San Francisco de Asís, elegido para reflejar así el espíritu de servicio, sencillez y cercanía que marcaría su camino como líder de la Iglesia católica.

Nacido el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, hijo de emigrantes piamonteses, el Papa Francisco fue un hombre de hondas raíces populares.

Su padre, Mario, trabajaba como contador en el ferrocarril y su madre, Regina Sivori, dedicó su vida al hogar y a la crianza de sus cinco hijos.

Tras obtener un título de técnico químico, eligió el camino sacerdotal ingresando al seminario diocesano de Villa Devoto; el 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús.

Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963, al regresar a Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel.

La trayectoria de Bergoglio incluye etapas como docente de literatura y psicología, rector del Colegio San José, provincial de los jesuitas en Argentina y posteriormente, obispo auxiliar y arzobispo de Buenos Aires.

Concedió su primera entrevista como obispo a un pequeño periódico parroquial, llamado “Estrellita de Belén”; fue nombrado vicario episcopal de la zona de Flores y el 21 de diciembre de 1993 se le encomendó la tarea de vicario general de la arquidiócesis. El 03 de junio de 1997 fue promovido como arzobispo coadjutor de Buenos Aires.

Pastor en tiempos difíciles

Fue hecho cardenal en 2001 por el Papa Juan Pablo II y desde entonces, ganó notoriedad por su postura firme ante la crisis económica argentina, así como por su vida austera y comprometida con los más vulnerables.

En esa diócesis de más de 3 millones de habitantes se consolidó su perfil pastoral: cercano, silencioso y activo en las calles. Viajaba en autobús o metro, se alojaba en un apartamento modesto y rechazaba los privilegios de su investidura.

“Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos”, decía con frecuencia, convencido de que el Evangelio debía vivirse en las periferias. A los sacerdotes les exigía lo mismo: misericordia, valentía apostólica y puertas abiertas.

Durante la crisis económica de 2001, se convirtió en una referencia moral para una Argentina que estaba devastada. Su voz fue clara al denunciar la exclusión social, y su presencia constante en barrios empobrecidos reforzó su legitimidad.

Como cardenal, rechazó toda suntuosidad: pidió que nadie viajara a Roma para su investidura y que esos recursos se donaran a los necesitados.

Por los más vulnerables

Su lema episcopal, Miserando atque eligendo (“Lo miró con misericordia y lo eligió”), resume la orientación pastoral que caracterizó a su pontificado.

A la vez, su elección del nombre Francisco – que nunca antes había sido usado por un Papa- fue también un fuerte gesto en honor a san Francisco de Asís, el santo de la pobreza, la paz y la ecología. Ese nombre, que simboliza su visión eclesial, fue la luz que guió su pontificado.

Desde su sede en Roma, puso especial énfasis en temas como la lucha contra la pobreza, el cuidado del medio ambiente, la migración, la reforma de la curia y la tolerancia cero ante los abusos dentro de la Iglesia.

El Papa Francisco escribió varias obras, entre ellas “Meditaciones para religiosos” (1982), “Reflexiones sobre la vida apostólica” (1986) y “Reflexiones de esperanza” (1992). Fue también protagonista en la Conferencia de Aparecida de 2007, donde se gestó gran parte de la orientación misionera que imprimió a su papado.

Con un estilo sobrio, cercano y a menudo contracultural, Francisco supo captar la atención de los católicos y de los creyentes y no creyentes por igual. Su visión del Evangelio -centrada en la misericordia, el diálogo y la inclusión- reconfiguró el papel del Vaticano en la escena mundial.

Hasta el inicio de la sede vacante -previo a su nombramiento como Papa- fue miembro de las congregaciones para el culto divino y la disciplina de los sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio para la familia y de la Comisión pontificia para América Latina.

Fuente: Biografía oficial del Papa Francisco publicada por el Dicasterio para la Comunicación en el sitio oficial del Vaticano (vatican.va).

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