Tres razones por las que guardar comida en recipientes de vidrio es la mejor decisión
El vidrio es inerte. Esto significa que no reacciona con los alimentos ni libera compuestos dañinos.

Calcular la cantidad exacta de comida al cocinar en casa no siempre es sencillo. A veces se cocina de más, otras veces sobra, y no falta quien prepare porciones extra “por si acaso”. Estas sobras no solo pueden salvarte una comida al día siguiente, sino que incluso pueden transformarse en nuevos platillos. Pero surge una pregunta clave: ¿en qué tipo de recipiente deberíamos guardar estos alimentos?
Aunque durante años el plástico ha sido el material más común, los recipientes de vidrio se han posicionado como una alternativa mucho más segura, higiénica y duradera. A continuación, te contamos por qué este cambio puede hacer la diferencia en tu cocina.
1. Alimentos libres de sustancias químicas
Una de las principales preocupaciones al guardar comida es la posible contaminación por el material del recipiente. El plástico, especialmente si no es apto para microondas, puede liberar sustancias químicas al calentarse o al estar en contacto prolongado con alimentos grasos o ácidos.
El vidrio, en cambio, es inerte. Esto significa que no reacciona con los alimentos ni libera compuestos dañinos. Ya sea que guardes sopa caliente, pasta con salsa o incluso una ensalada con vinagre, el vidrio mantiene tus alimentos intactos, sin alterar su sabor ni su calidad.
2. Conservación por más tiempo
Otra gran ventaja del vidrio es su capacidad para conservar los alimentos frescos por más tiempo. Su superficie no porosa evita que las bacterias y los olores penetren en el material, lo que ayuda a mantener los sabores originales y la textura de los alimentos.
Si decides refrigerar, puedes conservar la comida en buen estado hasta por dos semanas. Y si optas por congelarla, el vidrio también se adapta perfectamente a este método, permitiendo que algunos alimentos se conserven hasta seis meses —o incluso más, dependiendo del tipo— sin que pierdan sus propiedades.
3. Limpieza más fácil y mayor durabilidad
La limpieza de los recipientes también es un punto importante. A diferencia del plástico, el vidrio no se mancha ni retiene olores, incluso después de guardar alimentos como curry, salsa de tomate o guisos. Basta con lavarlo con agua y jabón, o colocarlo en el lavavajillas para dejarlo como nuevo.
Además, aunque el costo inicial pueda parecer más elevado, es una inversión que vale la pena. Un recipiente de vidrio bien cuidado puede durar décadas sin perder funcionalidad, lo que a largo plazo se traduce en ahorro económico y menos residuos en casa.
¿Refrigerar o congelar?
El material del recipiente no es el único aspecto a considerar. También es importante decidir si conviene más refrigerar o congelar los alimentos, dependiendo de cuándo planeas consumirlos. Si será en los próximos días, el refrigerador es tu mejor opción. Pero si quieres alargar su vida útil y evitar desperdicios, el congelador puede ayudarte a conservar por más tiempo, sin comprometer el sabor ni la seguridad del platillo.
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Cambiar los recipientes de plástico por otros de vidrio no solo es una decisión más saludable, sino también más práctica y económica a largo plazo. Si buscas una cocina más limpia, segura y sostenible, los recipientes de vidrio pueden convertirse en tu mejor aliado.
Con información de Gourmet de México.
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