¿Pueden las borracheras dañar el cerebro y provocar demencia?

En una reciente investigación sobre los efectos del consumo excesivo de alcohol, se ha descubierto la preocupante realidad de las "lagunas mentales etílicas".

Estas lagunas, también conocidas como pérdidas de memoria causadas por la intoxicación alcohólica, plantean interrogantes sobre los riesgos a largo plazo y su posible relación con la demencia.

Las lagunas mentales suelen ocurrir cuando se bebe una gran cantidad de alcohol en un corto período de tiempo, elevando los niveles de alcohol en sangre a niveles críticos.

Incluso las personas que están despiertas durante estas lagunas mentales experimentan dificultades para almacenar recuerdos, lo que lleva a un vacío en la memoria.

Uno de los aspectos más inquietantes es que estas lagunas mentales no se evitan bebiendo con frecuencia o acostumbrando al cuerpo al alcohol.

Incluso los bebedores habituales pueden experimentar estas pérdidas de memoria. Además, factores como la masa corporal y los genes también influyen en la aparición de estas lagunas.

Durante una laguna mental, el cerebro deja de funcionar con normalidad, aumentando el riesgo de desmayos parciales.

Es sorprendente descubrir que, en muchas ocasiones, nadie se da cuenta de que una persona está sufriendo una laguna mental, ya que aparentan estar conscientes y presentes en la situación.

¿Cómo afecta el consumo de alcohol?

El alcohol afecta negativamente al hipocampo, una región crucial para el aprendizaje y la consolidación de la memoria a largo plazo.

Se ha descubierto que el alcohol bloquea el paso de los recuerdos y ralentiza la comunicación entre las células cerebrales del hipocampo.

Como resultado, los recuerdos de una fiesta o evento experimentados durante una laguna mental son parciales e incompletos.

El consumo excesivo de alcohol, especialmente en adolescentes y jóvenes cuyos cerebros aún están en desarrollo, puede tener consecuencias graves.

Estudios demuestran que el alcohol puede reducir el volumen y la calidad de la materia cerebral, afectando negativamente la memoria y la capacidad de aprendizaje.

Esto plantea preocupaciones especialmente para aquellos en etapa de formación académica, como estudiantes de bachillerato y universidad.

Además, investigaciones han revelado que beber más de 14 vasos de alcohol a la semana aumenta significativamente el riesgo de desarrollar demencia.

El alcohol destruye las células cerebrales con el tiempo y reduce la masa cerebral, lo cual causa estragos en la memoria y las habilidades cognitivas.

Es importante tener en cuenta que el alcohol no es el único factor de riesgo, ya que un estilo de vida poco saludable y el proceso natural de envejecimiento también incrementan la probabilidad de demencia.

En conclusión, no existe un consumo de alcohol seguro para la salud.

Se recomienda a las mujeres no excederse de un vaso al día y a los hombres no consumir más de dos.

Es crucial evitar competiciones de alcohol y las borracheras para mantener el cerebro en óptimas condiciones y poder lograr los objetivos personales y profesionales en la vida.

Si bien un episodio puntual de pérdida de memoria puede no tener consecuencias graves a largo plazo, las lagunas mentales recurrentes son una señal de que se está abusando del alcohol y poniendo en riesgo la salud mental y cognitiva.