Vasili Arkhipov: El hombre que detuvo la Tercera Guerra Mundial y que muy pocos conocen
Ya en los preparativos para un ataque capaz de devastar la Tierra, la decisión de una sola persona, Vasili Arkhipov, logró salvar el mundo de una catástrofe nuclear y una Tercera guerra Mundial
En el año de 1962 el mundo se encontraba en plena Guerra Fría. La Unión Soviética y Estados Unidos se enfrentaban en una carrera armamentística, en la que cada nación tenía un arcenal nuclear tan grande que podría destruir la tierra 20 veces.
En octubre, los estadounidenses descubren que los soviéticos estaban construyendo instalaciones de misiles tácticos en Cuba, lo que se consideró una amenaza directa a los EU. Ante ello, cientos de barcos y aviones de guerra estadounidenses establecieron un cerco naval alrededor de la isla, según menciona EfectoNaim.
Sin embargo, el líder soviético, Nikita Jrushchov, lo declaró una agresión de guerra y poco después las fuerzas navales de EU descubrieron una flotilla de submarinos soviéticos que iban en camino a Cuba.
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Misiles nucleares a bordo
Lo que los estadounidenses no sabían era que esa flotilla transportaba 3 misiles nucleares, tan poderosos como las bombas que devastaron Hiroshima, y que, además, los marineros a bordo tenían la autoridad para dispararlos en caso de ser provocados.
Las fuerzas navales estadounidenses empezaron a enviar mensajes por radio para señalarles que subieran a la superficie, pero el submarino estaba fuera de alcance, por lo que lanzaron disparos de emergencia.
Sin manera de contactar a Moscú, el capitán de uno de los submarinos soviéticos decidió que estaban bajo ataque y que la guerra ya había comenzado.
Decisiones importantes
El capitán inició el protocolo para disparar las armas nucleares, pero para lanzarlas, se requería antes de la aprobación de dos oficiales más: el Consejero Político y el Comandante de la flota. El consejero se mostró de acuerdo para lanzar el ataque, pero el Comandante, Vasili Arkhipov, no lo estaba.
Tras horas de debate, Arkhipov logró convencer al capitán de subir a la superficie y esperar órdenes de Moscú, lo que sin lugar a dudas fue una decisión que salvó al mundo, pues sin la intervención de Arkhipov los soviéticos hubieran desatado una reacción dominó de destrucción nuclear sin precedentes.
Una vez en la superficie, los submarinos recibieron las órdenes de regresar a la unión soviética; los dos países habían estado negociando en secreto y acordaron retirar las armas.
De esta manera se reconoce cómo un solo hombre, más o menos olvidado por la historia, logró prevenir el principio de una Tercera Guerra Mundial.
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