¿Eres una persona manipulable?
La manipulación es el acto de ejercer influencia, de dirigir la voluntad de otra persona en forma indirecta. En toda manipulación existe un manipulador y un manipulado. La de tipo emocional es una forma de control donde el primero recurre a la culpa, el miedo y la amenaza para conseguir que el segundo actúe de acuerdo a sus propios intereses. Esta, se puede dar entre padres e hijos, en la pareja, incluso entre amigos.
El manipulador
Comunica su deseo en forma indirecta, sin importarle la situación de su víctima. La manipulación la puede ejercer en forma consciente o inconsciente, pero lo importante es que quiere manejar al otro sin una comunicación clara.
Por ejemplo, un hijo le dice a su madre que todos sus amigos viajan y él no puede porque no tiene dinero, que está muy triste por eso y sigue haciéndose víctima de la situación hasta que la madre le dice que le regalará el viaje. Es una manipulación en la que el hijo despertó la pena de su progenitora para recibir el dinero en lugar de pedir que lo ayudara para poder vacacionar con sus amigos. El mismo contenido del mensaje puede ser expresado en forma clara, sin rodeos, para evitar manipular a su madre.
Tanto el manipulador como el manipulado son muy inseguros. El primero carece de empatía, al menos por momentos o en ámbitos de su vida desaparece. Es así que descalifica, desvaloriza y culpabiliza al manipulado.
No necesariamente todo manipulador es un psicopático, pero éstos si son manipuladores. Existen personas muy inseguras y con baja autoestima que fueron manipulados por sus padres, y ahora hacen activo lo que por años recibieron pasivamente de los adultos importantes en su vida durante la infancia. Ningún manipulador se responsabiliza de lo que dice o hace: los otros son siempre los culpables de su conducta o de sus expresiones. Son muy perspicaces para identificar los puntos vulnerables del otro.
Muchas veces se enojan cuando no se acepta su punto de vista o responsabilizan al otro de su situación y/o sentimientos displacenteros. El manipulador se niega a pensar igual que su pareja, padres o amigos, acepta solo su visión de la realidad. Existe un doble juego, se pone como víctima para despertar pena en el manipulado y victimiza al otro, lo culpa de su situación personal y lo maltrata emocionalmente.
El manipulado
Es una persona indecisa, muy influenciable, con temor a equivocarse y por eso duda todo el tiempo. Son muy críticos con ellos mismos, autoexigentes, perfeccionistas y a veces complacientes. Quieren ser amadas y aceptadas a todo precio. La burla, el desprecio y la falta de respuesta o reacción hacen que el manipulado caiga en una trampa emocional, cree lo que el otro le dice sobre sí mismo.
El manipulador ejerce el poder sobre el más vulnerable, pero el manipulado entrega el poder a quien siente como más fuerte que él o ella.
Se establece un vínculo como entre el masoquista y el sádico, el opresor y el oprimido; se necesitan a ambos, uno existe en relación al otro.