Señales de que eres muy indiscreta
Reserva, prudencia o sensatez son palabras asociadas a la discreción, una de las cualidades femeninas más resaltadas en las novelas románticas; pero… ¿y si no lo eres? Si esta pregunta te intriga, o tus amigos y familiares te han hecho comentarios al respecto, no dejes de leer esta nota e ir identificando los signos:
El silencio no existe. Casi nunca puedes dejar de hablar y, si bien es natural para ti, para otros puede no serlo tanto, en especial si tratas temas privados o haces referencia a alguna persona conocida en el círculo donde te encuentres.
Preguntas. La curiosidad te lleva a cuestionar absolutamente todo, y no te limitas al qué o cuándo, sino que continúas hasta los mínimos detalles. Recuerda, muchas veces esto ocurre por alguna razón y re-preguntar te hará ver como una persona indiscreta.
Verborrea. Un sinónimo para una condición que quizás te suene muy familiar: el “no tener filtro”. Dices lo que piensas, sin reprimirte, lo que prueba que eres una persona auténtica, pero también es visto como imprudencia, ya que no evalúas el impacto que tus observaciones pueden generar en quienes te rodean.
Risas nerviosas. El tema es lo menos importante, puede ser un estreno de cine, política o una noticia, si has escuchado risitas o toses -esas que llenan los espacios en blanco- ya tienes una pista que te pasaste de la raya, un hecho que puede juzgarse de mala educación.
Ahora bien, ¿cómo dejar de ser indiscreta? El primer paso es reflexionar, ponerte en el lugar de los otros y hacer el ejercicio mental de cómo reaccionarías tú si la situación fuera a la inversa.
El control es la segunda acción, ese “muérdete la lengua” de generaciones pasadas. Tercero, sabemos que no lo haces por mal, pero nunca está de más mejorar este aspecto, te ayudará en el trabajo, tus relaciones sociales, viajes y hasta al ir de compras.
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