Por qué mi gato no maúlla
Un día te despiertas y notas cómo a tu gato le pasa algo. Intenta decirte algo, pero no consigue emitir ningún sonido. ¿Tendrá problemas de garganta? Sin duda, es una posibilidad, pero hay otras que conviene tener presente.
Así pues, sepamos por qué mi gato no maúlla, y qué podemos hacer para que se recupere lo antes posible.
Los gatos y los humanos compartimos algunas enfermedades, y una de ellas es la laringitis, la cual provoca una inflamación de la garganta. Si come o coge algo que está demasiado frío, especialmente si lo hace en otoño o invierno, el riesgo de que acabe con afonía es muy alto. Ahora bien, lo normal es que pase en unos días.
Otro de los motivos puede ser que esté estresado. Sí, puede parecer un tanto extraño, pero un alto grado de estrés hará que tu amigo pierda la voz. Si escuchas un maullido ronco, es probable que ésta sea su manera de responder ante algún cambio en su rutina y/o ambiente.
Por ejemplo, si hay un nuevo miembro de la familia, o si estáis de mudanza, puede mostrar síntomas de enfermedad… aún y estando sano. Esto quiere decir que, además de la afonía, puede tener vómitos, diarrea y/o pérdida del apetito.
Sin embargo, a veces ocurre que la afonía del gato no cesa. Será entonces cuando tengamos que preocuparnos, puesto que es posible que tenga alguna enfermedad que haya que tratar. Una causa de infección respiratoria grave es la inhalación de gases irritantes, por lo que hay que llevarlo al veterinario para que lo examine y le ponga el tratamiento adecuado.
En ningún caso se le automedicará, ya que los medicamentos para humanos pueden resultar mortales para él.
Ahora ya sabemos las posibles causas de afonía en gatos. Recuerda que, si se prolonga más de 5-6 días, es conveniente que lo examine un especialista.
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