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Nahuas conservan tradiciones en NL, lejos de lugares de origen

Nahuas conservan tradiciones en NL, lejos de lugares de origen

Lejos de sus lugares de origen y radicadas desde hace décadas en Nuevo León, mujeres indígenas preservan sus costumbres y tradiciones por el Día de Muertos o 'Xantolo', que incluyen la elaboración de altares y comidas para recordar a quienes se han adelantado en el camino.



Claudina Maya Cruz y Enriqueta Bautista Ramírez, mujeres nahuas originarias de la región Huasteca Baja, en el norte de Veracruz, platicaron sobre las tradiciones que mantienen, pese a la distancia y el tiempo, ahora en tierras nuevoleonesas.



Claudina expuso que para el 'Xantolo', como en la región Huasteca se denomina al Día de Muertos, desde el 30 de octubre 'se inicia con el altar, que se compone de ofrendas, monitos de pan, que son los muertitos, ponemos naranjas, mandarinas y plátanos, servilletas o ropa nueva, para que se lleve el muerto'.



En lo gastronómico 'llenamos con tamales, atole, café, pan todos los días. Aquí nomás se hace el 1 y el 2 de noviembre; allá, en el rancho, se hace toda la semana, todos las noches preparamos tamales para repartir al día siguiente a toda la gente, los familiares', dijo.



'El Xantolo es la fiesta de ellos, porque es cuando vienen a visitarnos los muertitos, por eso en el rancho hacen una gran fiesta y toda la semana se comen tamales', comentó.



'Aquí vamos al panteón pero no llevamos ofrendas, nomás llevamos las flores y una veladora, allá en el rancho se acostumbran muchas velas y veladoras, la flor de cempasúchil que a ellos les gusta', agregó.



Otra peculiaridad en la Huasteca es que no se hace visita a las tumbas los días 1 y 2, sino que la autoridad municipal o juez auxiliar 'mandan avisar' a los habitantes qué día irán.



'Van hasta el día 5 o 6 de noviembre', detalló esta mujer nahua de 40 años de edad, avecindada en el municipio Juárez y con más de dos décadas de vivir en Nuevo León.



'Van al panteón, llevan café, pan, atole, elotes o mezcal, todo lo que le gustaba al muertito; mi papá es catequista, va también al panteón y lo invitan a que haga un rosario a cada muertito, hay una banda en el rancho y se pone a tocar', destacó.



Por su parte Enriqueta Bautista Ramírez, otra vecina de Juárez, destacó su gusto por hacer altares, que incluso le han valido ganar concursos a nivel local.



'Cada año yo hago tamales, atole, café; ponemos flores que se cortan en la milpa, se cuelgan plátanos, bolsas, servilletas y manteles, se prenden velas', apuntó.



'Para el altar compro flores de cempasúchil y manos de león (...); tamales, caña; hacemos enchiladas, cebollinas con huevo', dijo la septuagenaria.



Remarcó la importancia de preservar estas tradiciones indígenas, que ha enseñado a sus nietos que también hablan náhuatl, aunque 'muchos ya no quieren'.



'Muchas –mujeres indígenas- ya no quieren altar, nomás hacen tamales y a sus hijos no les gusta, se averguenzan', lamentó Bautista Ramírez, quien lleva 27 años como habitante en Nuevo León.

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