Tener un hermano mayor ayuda a aprender a hablar
Una buena relación entre hermanos mayores y menores incrementa la sensibilidad cognitiva de los más pequeños motivando el desarrollo del lenguaje y fortaleciendo las relaciones interpersonales.
Gaspar Santander imita todo lo que hace su hermana Florencia. Como pasan la mayor parte del día juntos, ambos se entretienen jugando, haciendo dibujos y construyendo legos.
"La mayor, Florencia, siempre intenta enseñarle cosas a Gaspar, lo corrige e intenta guiarlo en cómo hacer y decir las cosas", comenta su mamá, Gricel del Canto.
Este tipo de relaciones cercanas entre hermanos, como la que comparten Gaspar y Florencia, sería una de las claves para desarrollar el lenguaje de los más pequeños, según un estudio de la Universidad de Toronto.
La investigación, realizada con 385 niños de distintas edades, concluyó que los hermanos que tienen una diferencia de edad menor a 3 o 4 años y mantienen una relación fraternal cercana pueden lograr un mejor desarrollo del lenguaje.
Esto se debe a la llamada "sensibilidad cognitiva" del hermano mayor, quien inconscientemente reconoce sus capacidades de ayudar al más pequeño con el fin de disminuir la diferencia entre ambos.
Para Juan Francisco Cabello, neurólogo infantil de la Clínica Las Condes, existe evidencia creciente de que si se interviene en la dinámica y las relaciones de la familia se puede lograr mejorar el desarrollo del lenguaje de un pequeño en crecimiento.
"Es fundamental que los hermanos mayores apoyen a sus hermanos menores y que se estimule la sensibilidad cognitiva no solo para que los niños aprendan a hablar, sino para mejorar sus habilidades sociales", aconseja.
En el desarrollo de todo niño es fundamental la calidad del lazo que establece con sus hermanos, sobre todo si son fuente de cariño, alegría, juegos y exploración del mundo. "Los niños tienen una forma especial de vincularse, suelen ser muy transparentes, y cuando se les propone apoyar a algún hermano son muy receptivos y colaboradores", explica la psicóloga chilena y directora del Instituto Familia Educa, Érika Castro.
"El desafío es que se la pasen bien ayudando a sus hermanos. Se debe procurar que se enseñen unos a otros pero a través del juego y de una forma tal que la colaboración sea sentida como una experiencia de comprensión, bondad y generosidad presente en la hermandad", agrega Castro.
El hijo mayor generalmente ayuda al desarrollo del lenguaje del niño más pequeño de forma inconsciente, agrega la fonoaudióloga de la Clínica Alemana Romina Argandoña, ya que los más chicos aprenden todo a través de la imitación. Por lo tanto, se recomienda que ambos hermanos compartan juguetes con los que puedan interactuar.
"Lo importante es que realicen actividades compartidas de manera cotidiana. El hermano mayor puede preguntarle al menor cómo se llaman los objetos, incentivarlo a imitar los sonidos, a clasificar los juguetes con él o hasta que jueguen 'Simón dice' haciendo sonidos o movimientos diferentes con la boca", recomienda Argandoña.
Otra idea es que, a través de imágenes, los hermanos mayores cuenten historias a los más pequeños. También pueden enseñarle canciones. En todo este proceso los padres tienen que estar allí incentivando el respeto entre ambos.
"Pasa mucho que el hermano mayor, por intentar ayudar, termina siendo el intérprete. No es esa la idea tampoco. Es fundamental que los papás regulen esto y le den a entender al grande que debe dejar que su hermano menor diga lo que tenga ganas de decir, aunque no se le entienda por completo. En suma, la idea es que jueguen y puedan escucharse al interactuar y respetar turnos, no actuar de traductores", apunta la experta.
Otro aspecto a tener en cuenta por los padres es el lenguaje que utilizan al interactuar con los hermanos más grandes, ya que los niños que están aprendiendo a hablar suelen imitar la relación que se establece entre ellos, recomienda la fonoaudióloga Romina Argandoña.
A fines de 2013 la revista Science publicó un artículo a cerca del nivel de inteligencia de los hermanos mayores en relación a los menores. Su conclusión podría ser la recompensa por ayudar a los pequeños.
El trabajo, realizado por la Universidad de Oslo y Tor Bjerkedal, en Noruega, concluyó que existe una relación directa entre el coeficiente intelectual y el orden de nacimiento de los hermanos de una misma familia.
Si bien el trabajo no incluyó un gran número de participantes (poco más de 100) los investigadores observaron que los hermanos mayores eran más inteligentes respecto a los menores. Según los resultados, los mayores tenían un coeficiente de 103.2, los segundos uno de 100.4 y los terceros, en promedio 99.
Habrá que ver nuevos estudios que lo confirmen. Una investigación de la Universidad de Toronto, realizada entre 385 niños de distintas edades, concluyó que los hermanos que tienen una diferencia de edad menor a 3 o 4 años y mantienen una relación fraternal cercana pueden lograr un mejor desarrollo del lenguaje.
La respuesta estaría en la llamada "sensibilidad cognitiva" del hermano mayor, quien inconscientemente reconoce sus capacidades de ayudar al más pequeño con el fin de disminuir la diferencia entre ambos.
Expertos aseguran que existe evidencia que indica que si se interviene en la dinámica y las relaciones de la familia cuando algún niño tiene problemas de lenguaje se puede mejorar su desarrollo.
El apoyo de los hermanos mayores a los menores y la relación mutua no solo sirve en todo lo relativo al lenguaje sino en mejorar sus habilidades sociales. Los especialistas enfatizan en que todo debe darse en clave de juego y con naturalidad, no como una obligación. Psicólogos y neuropediatras recuerdan que el aporte que puede brindar un hermano mayor no sustituye ni debe reemplazar el rol de los padres. La compañía de ambos y el compartir esos espacios de juego e intercambio es fundamental para un normal desarrollo.
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