Vive Britney Spears sin control de sus cuentas y bajo la tutela de su padre.
A dos décadas del lanzamiento "Lucky", los seguidores de Spears retoman el hashtag #FreeBritney, abogando a que la artista pueda recuperar su autonomía legal.

A principios de este año y con relación a la pandemia, la frase “If Britney survived 2007, you can handle today” (“Si Britney sobrevivió a 2007, tú puedes aguantar hoy”) se volvió a viralizar en las redes sociales. Lo que hoy tratamos con humor en su día fue uno de los momentos más críticos de la artista. El descenso a los infiernos del icono pop más representativo de los noventa, la encarnación del ‘juguete roto’ más cruel y, con el tiempo, también un punto de inflexión.
En recientes días los seguidores de la considerada princesa del pop en los noventas han cuestionado si la decisión de privar de varios de sus derechos a Spears tiene una razón de ser, lo que ha creado un debate en redes por sus últimos videos publicados.
A dos décadas del lanzamiento "Lucky", los seguidores de Spears retoman el hashtag #FreeBritney, abogando a que la artista pueda recuperar su autonomía legal. Tras muchos años de litigios, la diva del pop vuelve a la carga por la lucha de la liberación de sus derechos. La cantante no tiene acceso a sus cuentas ni tiene potestad para decidir sobre su vida pues está bajo la custodia legal de su administradora y de su padre Jamie Spears. La fortuna de la cantante se estima oscila cerca de los 59 millones de dólares.
la lucha por sus derechos
Con los años, Spears ha demostrado su mejoría. Ha participado en series, lanzado otros discos, actuado en grandes escenarios y divertido en redes sociales. Hoy vemos una Britney renovada, consciente de sus errores del pasado y deseosa de retomar su vida. Su Instagram está plagado de coreografías creadas por ella misma, ejercicios de tonificación junto a su novio, Sam Asghari, y de challenges con sus pequeños. Pero aún le queda un obstáculo:la figura de su padre sobre sus derechos y posesiones. Aunque en 2019 renunció a su tutela por presuntos malos tratos a uno de sus nietos, Spears no se liberó del yugo. Su custodia pasó a manos de Jodi Montgomery, su administradora.
Britney Spears no tiene libertad para gestionar sus propias finanzas. Tampoco para conducir un coche, dar un paseo, casarse, tener hijos o controlar su carrera sin la autorización de su tutora legal o de sus padres. Básicamente, lleva 12 años recluida en su casa a expensas de la aprobación de sus padres para tomar decisiones. Según los datos recabados por sus fans, la artista paga 1,1 millones de dólares en gastos de tutela, incluyendo el sueldo de 100.000 dólares de su padre y otra gran suma a un abogado que no ha elegido ella. Spears solo recibe una pensión de 1.500 dólares a la semana para sus gastos personales. Es Jamie Spears, padre de la cantante quien tiene la custodia de las cuentas de la artista, que se estima ascienden a 59 millones de dólares.
El movimiento #FreeBritney surgió en 2019, cuando los humoristas Tess Barker y Barbara Gray comentaron preocupados la situación de la cantante en un podcast. A ellos se han sumado las voces de otras personalidades de la farándula como Miley Cyrus, Paris Hilton, Cher o su propia madre, Lynne Spears, divorciada actualmente de Jamie Spears. A día de hoy, el movimiento ha tomado aún si cabe más relevancia dada la próxima fecha del juicio. Un movimiento de los amantes de sus canciones que buscan devolverle a la diva de 38 años su propia voz.
Reacciones de sus seguidores en redes
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