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Pornografía, juguetes sexuales y vaginas léperas, en tiempos de Covid

Con "humor y perversión", la obra "Cabaret Calypso", presenta tres monólogos sobre la vida sexual, el erotismo y los tabúes

Pornografía, juguetes sexuales y vaginas léperas, en tiempos de Covid

La pandemia ha puesto en jaque la vida sexual, el confinamiento, la distancia social, el trabajo en el hogar, la alteración de la dinámica familiar y el miedo al contagio, son solo algunas complicaciones que el Covid-19 ha traído a nuestras vidas. Sin embargo, en el sexo hay una constante, sus tabúes.

Con "humor y perversión", la obra "Cabaret Calypso", de Mariana Hartasánchez, dirigida por Ginés Cruz, producida por Calypso Producciones, presenta tres monólogos sobre juguetes y objetos sexuales, pornografía y vaginas léperas y hasta dentadas, para hablar sin tapujos de la sexualidad, la naturaleza de las pasiones y de cómo ser más creativos en el arte del erotismo, gran reto sobre todo en estos momentos de encierro pandémico.

"Son tres breves monólogos que tienen que ver con el humor y la sexualidad. El primero es Enchúlame la máquina, interpretado por Paola Izquierdo, que trata sobre una sexóloga que se dedica a vender artilugios, piezas únicas con su propia historia, para el placer sexual. El segundo es La coyol, con Roberto Cabral, habla sobre los pros y contras del universo de la pornografía, y aborda también el caso de una actriz porno que se suicidó en Cancún, no está basado en un hecho real, pero sí en noticias sobre casos de actrices que han tenido ese desenlace", cuenta Ginés Cruz.

Finalmente, agrega, El extraño y cachondo caso de la pepa parlante, con Óscar Olivier, aborda la historia de una doctora que expone casos curiosos de vaginas y se centra en una en particular, que no sólo habla, también controla a la mujer. "Son historias con humor y perversión", dice Cruz.

La obra que se estrena este viernes 28 de agosto a las 10 de la noche, tendrá una breve temporada los días 29 de agosto, y 4 y 5 de septiembre.

De momento, la producción se presentará sólo de manera digital, a través de Zoom, pero cuando haya condiciones se llevará a escena.

"Para mí es la primera vez que trabajo teatro en línea, pero en todo este tiempo hemos visto ventajas y desventajas de la tecnología. En este caso, he querido trabajar sobre el espacio y sobre el cuerpo, como si estuviéramos trabajando en un escenario. Exploramos muchos los espacios en los que viven los actores, pero sobre todo trabajamos en la corporalidad. También trabajamos mucho con los objetos que ellos usan. El teatro ha estado experimentando con esta sana distancia", explica Cruz.

Para el director, la pertinencia de "Cabaret Calypso" en estos días pandémicos está en la posibilidad de encontrar el humor como escape de esta avasalladora realidad que nos rodea. Y es que, quizá una de las grandes libertades que hemos perdido con la cuarentena, es la de tener una vida sexual plena, sobre todo para las personas solteras.

"Mariana Hartasánchez nos propuso 10 textos y los tres que más me gustaron son estos monólogos, los tres hablan de sexualidad y creo que en este momento es otra de las libertades que hemos perdido. De modo que jugar con esa libertad que no tenemos, me pareció interesante. Además, en un mundo antes de la pandemia, o cuando se nos permita el encuentro físico, son temas que seguirán funcionando porque son tabués que han existido, como el de la vagina parlante, se pensaba eso desde la Edad Media, se decía que las vaginas estaban dentadas y por eso no debían tener sexo o serían castrados si estabas con una vagina así", explica.

Y agrega: "Los tabués sexuales existen estemos o no en pandemia, pero ahora resaltan más porque estamos en este contexto. Hablar de estos temas desde el humor, me pareció interesante. No quería algo serio, sino algo con lo que nos pudiéramos divertir. El reparto y yo nos hemos divertido mucho".

Cruz, cuenta que uno de los textos más complejos fue La Coyol. "En cabaret el actor no está tan guiado por el texto, sino por lo que se piensa del tema, es un teatro muy personal. En la pornografía hay muchas posturas, con temas complejos como la explotación, pero también temas como la falta de creatividad porque siempre es el mismo formato. La pornografía implica muchas cosas, hay gente que trabaja por placer y otros por necesidad. Es polémico, nosotros no queremos aleccionar a nadie y Roberto Cabral lo ha logrado muy bien, que los espectadores tomen sus propias decisiones".

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