Aseguran que Galilea Montijo recurrió a la santería para “amarrar” a su actual marido

CIUDAD DE MÉXICO.- Por ser una de las conductoras más famosas y queridas del espectáculo, Galilea Montijo siempre está en el “ojo del huracán”, ya sea para bien o para mal, y siempre salen historias alrededor de la artista que de alguna manera la involucran, ya sea con sus compañeros de trabajo o su vida personal.

Esta vez se dijo que Galilea recurrió a la santería para poder contraer matrimonio con el que ahora es su esposo, Fernando Reina, con quien se casó en Acapulco, Guerrero, el 6 de agosto de 2011.

Dicha información fue dicha en el programa Chisme No Like, de Elisa Beristain y Javier Ceriani, quienes presentaron a “Karla”, una mujer que practica la santería y reveló que supuestamente la presentadora del matutino “Hoy” también la practica y que era “hija de Oshun”.

En esta casa religiosa en la que yo estuve estaba la señora Galilea (Montijo), que ya es hija de Oshun. Ella la practicaba desde Acapulco, con una santera que se llama ‘Annie’… Yo llegué a visitar a ‘Annie’ y ahí sí me tocó ver que ella le estaba haciendo trabajos a la esposa del señor que es su marido, y le estaba haciendo trabajos religiosos”, declaró la mujer.

Espectaculos

Galilea Montijo explota contra aquellos que aseguran mantiene a su novio

Otra de las revelaciones que la santera hizo al programa de espectáculos es que la guía espiritual de Galilea le dijo que su boda la tenía que hacer en el mar, donde se juntaran las dos aguas: El río y el mar, pero no lo pudo lograr.

De acuerdo a la información publicada en Internet, la santería es un culto propio de los afrocubanos y sus creencias se derivan de la religión yoruba, que en Cuba se sincretizaron con el cristianismo católico implantado por la Monarquía hispánica.

Hoy en día es común que más artistas acudan a la santería para pedir favores a través de rituales, ya sea para cumplir alguna meta en su carrera o en su vida personal.

Hasta el momento Galilea no se ha pronunciado ante tales acusaciones por parte de la religiosa, quien no presentó prueba alguna de lo que estaba diciendo y sólo es su palabra con la de la artista.