Richard Gere habla del veto de 20 años en los Oscar en 1993 por hacer comentarios políticos en defensa del Tíbet: “No lo tomé personal”
Richard Gere recuerda el veto que lo mantuvo fuera de los Oscar tras su discurso pro-Tíbet en 1993.

En una entrevista reciente con Variety, Richard Gere retomó uno de los episodios más comentados de su carrera: el veto que lo mantuvo alejado de la ceremonia de los Premios de la Academia durante casi dos décadas. El incidente ocurrió en la entrega de 1993, cuando el actor se salió del texto previsto al presentar un premio y pronunció una declaración a favor del Tíbet. La conversación con Variety repuso datos, matices y la voz del propio Gere sobre las razones de su acción y las consecuencias que tuvo en su vida pública.
En la ceremonia de 1993, Richard Gere subió al escenario para presentar el premio a la dirección de arte. Durante su intervención, se apartó del guion y pronunció un comentario político en defensa del Tíbet. Ese mensaje incluyó un llamado a las autoridades chinas de la época y una denuncia sobre violaciones a los derechos humanos en la región. El momento fue interpretado por la organización y por parte de la industria como una acción fuera de protocolo.

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El veto comenzó tras la ceremonia de 1993. Aunque no existen documentos públicos de una sanción formal con sello, en la práctica Gere dejó de recibir invitaciones recurrentes de la Academia durante aproximadamente 20 años. La larga ausencia concluyó cuando volvió a aparecer en la ceremonia como presentador en 2013, lo que marcó el fin efectivo de esa exclusión en los escenarios de los Oscar.
¿Por qué Gere habló sobre el Tíbet? ¿Cuál fue su intención?
Gere ha sido durante décadas un defensor público de la causa tibetana, devota del budismo y amigo del Dalái Lama. En la entrevista con Variety explicó que sus comentarios en 1993 buscaban condenar “la exclusión” y los “abusos de los derechos humanos” y que su postura estaba motivada por sus convicciones personales y su práctica budista. En sus propias palabras: “No lo tomé particularmente personal” al referirse a la sanción; también ha dicho que no “le desea mal a nadie” y que su intención fue denunciar injusticias.
Además de la ausencia en la ceremonia, las declaraciones de Gere provocaron repercusiones más amplias. Su postura complicó relaciones con mercados y productores vinculados a China. Varias fuentes han documentado que el actor fue, en la práctica, persona non grata en China y que esa situación afectó la financiación o la distribución de algunos proyectos en los años siguientes. Estas consecuencias forman parte del contexto en que se lee su decisión de hablar en público sobre el Tíbet.

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En medios y en redes hubo comparaciones con la sanción que recibió Will Smith tras abofetear a Chris Rock en 2022. Smith recibió un veto de 10 años por parte de la Academia. Los analistas y columnistas han utilizado ambos casos para discutir coherencia en las sanciones, criterios institucionales y la diferencia entre sanciones por declaraciones políticas frente a sanciones por conducta en la ceremonia. El propio Gere, al comentar su veto, no buscó polemizar con otras decisiones disciplinarias de la Academia.
La Academia no publica siempre comunicados formales sobre vetos o exclusiones informales. En casos como el de Gere existen decisiones prácticas (no invitar a alguien) que funcionan como sanción aunque no lleven un acta oficial. Además, las consecuencias de una acción pública pueden extenderse fuera de la propia ceremonia: la política cultural y económica entre países influye en la financiación y distribución de películas. Por eso, los efectos de la protesta de Gere se vieron tanto dentro como fuera de Hollywood.
Hasta la fecha Richard Gere mantiene su postura sobre el Tíbet y no ha variado su narrativa: considera su acción coherente con sus convicciones y no guarda rencor por la sanción. La historia también abre preguntas sobre cómo las instituciones manejan discursos políticos y cómo se aplican sanciones en contextos distintos.
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