Luto en la moda británica: muere Pam Hogg, la reina punk que vistió a las grandes estrellas
La diseñadora escocesa falleció a los 66 años tras una larga enfermedad; su legado marcó para siempre la moda británica.
La industria de la moda en Reino Unido despertó este 26 de noviembre con una noticia devastadora: la muerte de Pam Hogg, una de las creadoras más audaces, irreverentes y queridas del circuito londinense. La artista y diseñadora escocesa, conocida mundialmente como la reina punk de la moda, murió a los 66 años, según confirmó su familia mediante un comunicado en Instagram.
Aunque no se detallaron las causas exactas de su fallecimiento, su círculo cercano informó que la diseñadora llevaba meses enfrentando una larga enfermedad. Pasó sus últimos días en el St Joseph’s Hospice, en Hackney, Londres, en un ambiente “pacífico”, rodeada de familiares y amigos.
Una creadora que convirtió la rebeldía en un lenguaje visual
Nacida en Paisley, cerca de Glasgow, en 1959, Hogg descubrió la costura desde niña: a los seis años ya transformaba ropa heredada para hacerla suya. Esa inquietud la llevó a estudiar Bellas Artes y Textiles Impresos en la Glasgow School of Art, donde ganó la Newbury Medal of Distinction y una beca Leverhulme, antes de completar una maestría en el Royal College of Art en Londres.
En los años 80 se convirtió en una figura imprescindible del underground londinense, sin pertenecer a grandes casas de moda pero dominando las pasarelas gracias a una visión estética futurista, vibrante y radicalmente punk. Sus primeros diseños fueron un golpe de energía: catsuits ajustados, cortes imposibles y materiales brillantes como lycra, PVC y cuero que parecían salidos de otro planeta.
En 1989, la revista i-D la nombró “la diseñadora británica más consistentemente inventiva, junto a Vivienne Westwood”, subrayando el espíritu fiestero que la convirtió en “100% party girl”.
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Más que moda: música, arte y un manifiesto personal
Hogg fue siempre una artista multidisciplinaria. Exhibió su obra en galerías como la Saatchi Gallery y la Kelvingrove Art Gallery, y fue parte activa de la escena musical: integró bandas como Rubbish, que abrió conciertos para The Pogues, y Doll, que teloneó a Blondie y The Raincoats. Más tarde formó el proyecto Hoggdoll y dirigió el cortometraje de moda Accelerator.
Su creatividad nunca estuvo separada de sus convicciones. Su última colección, primavera/verano 2023, utilizó telas recicladas para hablar de medio ambiente y crisis humanitarias, incluyendo el genocidio en Gaza.
Celebridades, premios y un legado que trasciende
El alcance de Hogg se refleja en la impresionante lista de artistas que vistieron sus piezas: Rihanna, Lady Gaga, Kylie Minogue, Kate Moss, Debbie Harry, Björk, Naomi Campbell, Siouxsie Sioux y hasta Grace Jones. Incluso la realeza británica se acercó a su universo: la Princesa Diana usó prendas suyas en los años ochenta y la Princesa Eugenie llevó un diseño de Hogg a Ascot en 2013.
En 2009 regresó con fuerza a las pasarelas, debutó en la Semana de la Moda de París en 2012 y en 2015 fue elegida para diseñar las 13 estatuillas únicas entregadas en los Brit Awards, uniéndose a nombres como Vivienne Westwood y Damien Hirst.
La familia destacó que su obra “tocó la vida de personas de todas las edades”, y diseñadores como Kim Jones la describieron como “nuestra reina guerrera”. Para Shirley Manson, vocalista de Garbage, Hogg fue “brillante, valiente y absolutamente única”.
La moda británica despide hoy a una fuerza creativa irrepetible, una mujer que convirtió la ropa en una extensión de la identidad, la rebeldía y el arte.
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