Lolita Cortés abandona La Granja VIP por su salud mental

La noche del domingo 9 de noviembre, Lolita Cortés se convirtió en el centro de atención en La Granja VIP, al anunciar su salida voluntaria del reality show transmitido por TV Azteca. La noticia tomó por sorpresa a sus compañeros y al público, pues la también actriz y cantante era una de las participantes más destacadas del formato.

“Tengo un trastorno de ansiedad que me lleva a la claustrofobia…”, confesó entre lágrimas durante la gala, explicando que los episodios de pánico y la presión del encierro habían afectado su estabilidad emocional. “He tenido más ataques de ansiedad en estas semanas que en toda mi vida”, agregó, dejando claro que su prioridad ahora es recuperar la calma y cuidar de su salud mental.

Una decisión desde la vulnerabilidad

De acuerdo con la propia Cortés, su decisión no responde a una estrategia ni a un conflicto con la producción o los demás participantes, sino a un proceso personal.

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Lolita Cortés “tira la toalla” en La Granja VIP y pide salir del reality

“No puedo seguir en un entorno donde mis compañeros tengan que animarme todos los días; eso no sería justo para nadie”, declaró.

Con esta salida, la actriz, conocida por su carácter fuerte en programas como La Academia, mostró una faceta distinta: la de una mujer consciente de sus límites y dispuesta a priorizarse, aun a costa de perder visibilidad dentro del show.

Impacto en el reality

El abandono de Lola Cortés modificó las reglas de eliminación y votación de La Granja VIP, ya que su salida fue voluntaria y no derivada de una expulsión. La producción de TV Azteca informó que se analizarán los ajustes correspondientes para mantener la dinámica justa entre los granjeros.

El formato, que mezcla competencia, convivencia y aislamiento, ha sido señalado por su alto nivel de exigencia física y emocional, lo que refuerza la conversación sobre la presión psicológica que enfrentan los participantes de realities.

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Reacciones y debate público

En redes sociales, la salida de Lola generó una ola de apoyo y empatía. Muchos usuarios destacaron su valentía por hablar abiertamente sobre su ansiedad, un tema aún poco abordado en el entretenimiento mexicano. Otros, en cambio, cuestionaron si abandonar un reality equivale a “rendirse”.

Pese a la controversia, su testimonio abrió un espacio necesario: el de la salud mental en la televisión de competencia, donde los participantes son sometidos a encierro, tareas físicas extremas y exposición constante ante las cámaras.

Un mensaje que trasciende el show

La salida de Lola Cortés trasciende el mero formato televisivo. Más allá de las luces y la competencia, su decisión visibiliza la importancia de poner límites y reconocer las señales de agotamiento emocional.

“Mi salud mental es primero”, afirmó con convicción. Y con esa frase, la artista convirtió su renuncia en una lección de autocuidado y autenticidad, recordando que detrás de cada figura pública hay una persona real, con emociones, miedos y derecho al descanso.