Muere Amaia Arrazola, reconocida ilustradora y autora de “Totoro y yo”, a los 41 años
La ilustradora Amaia Arrazola, conocida por libros como “Totoro y yo” y “Wabi Sabi”, falleció a los 41 años tras una enfermedad fulminante.

La reconocida ilustradora vasca Amaia Arrazola falleció a los 41 años en Barcelona, según confirmaron fuentes cercanas a la artista. La autora de obras como “Totoro y yo”, “Wabi Sabi” y “El meteorito”, perdió la vida tras el avance fulminante de una enfermedad, dejando un legado creativo que abarcó desde la literatura infantil hasta el arte urbano.
Arrazola, nacida en Vitoria en 1984, era una figura destacada dentro del mundo de la ilustración contemporánea española. Su estilo, lleno de color, ternura y optimismo, se reconocía por la forma en que lograba conectar con lectores de todas las edades.
Durante su carrera, exploró múltiples disciplinas —ilustración editorial, muralismo, cerámica y diseño gráfico—, consolidándose como una artista versátil y admirada por colegas y editoriales.

De la publicidad al arte
Amaia Arrazola estudió Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional como directora de arte en el sector publicitario. Sin embargo, su inquietud creativa la llevó a cambiar de rumbo: en 2010 se mudó a Barcelona, donde comenzó su etapa como ilustradora freelance.
Su talento pronto la llevó a colaborar con marcas internacionales como Uniqlo, Nike, Camper, Coca-Cola y Desigual, además de realizar proyectos institucionales para la Universidad de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona y la Diputación Foral de Vizcaya.
En entrevistas, la artista definía su oficio como “el mejor trabajo del mundo”, y su presencia en charlas y conferencias, como una TED Talk sobre creatividad en 2015, la consolidó como una voz referente dentro del sector.
Trayectoria literaria y obras destacadas
El gran salto en la carrera de Arrazola llegó con su participación en la colección Pequeña & Grande, ilustrando la biografía de Audrey Hepburn (Editorial Alba). Desde entonces, su nombre comenzó a resonar en el ámbito de la literatura infantil y juvenil.
Entre sus obras más celebradas se encuentran:
- “Wabi Sabi” (Lunwerg, 2018), inspirada en su experiencia en Japón tras una residencia artística en Matsudo, donde desarrolló el proyecto Amaia Was Here.
- “Totoro y yo” (2022), un homenaje a las películas del cineasta japonés Hayao Miyazaki y al estudio Ghibli, reflejo de su amor por la cultura nipona.
- “El meteorito” (Lunwerg, 2020), un relato íntimo sobre la maternidad y la identidad personal, dedicado a su hija.
- “Buenas noches, Simón” (Flamboyant), su primer álbum ilustrado en solitario, protagonizado por un camaleón que simboliza la aceptación y la diferencia.
Además, publicó títulos como Animales fantásticos y Hola, ¿cómo estás?, pensados para acompañar a los niños en la comprensión de sus emociones.
Su último proyecto editorial, un libro-máscara titulado La sabana, estaba previsto para publicarse en los próximos meses.

El arte como expresión social
Más allá de la literatura, Amaia Arrazola fue una artista comprometida con el arte urbano. Durante años participó en festivales de muralismo y creó obras monumentales en distintas ciudades de España.
Entre sus trabajos más recientes destacan:
- El mural del Mercado de la Abacería, en el distrito de Gràcia (Barcelona), donde representó la identidad del barrio.
- La obra Contra el olvido (2023), ganadora del concurso público del programa Compartiendo Muros del Ayuntamiento de Madrid, inspirada en Las Sinsombrero, mujeres pioneras de la Generación del 27.
- Un mural para el Cirque du Soleil, creado este año con motivo del espectáculo Alegría.
Su arte, tanto en espacios públicos como en galerías, se caracterizó por la exaltación de la diversidad, la igualdad y la memoria histórica.

Japón y la influencia del “Wabi Sabi”
Japón tuvo un papel determinante en la vida y obra de Arrazola. En 2017 obtuvo una beca artística en Paradise Air, en Matsudo, donde desarrolló un diario visual sobre la belleza de lo cotidiano.
Aquella experiencia fue el germen de su libro Wabi Sabi, un homenaje a la filosofía japonesa que celebra la imperfección y la transitoriedad. Posteriormente, la artista amplió ese universo con Bajo un cielo estrellado, inspirado en los mitos y leyendas japonesas.
Su vínculo con el país asiático también se reflejaba en su estilo: el trazo limpio, los colores suaves y la sensibilidad narrativa que la caracterizaban.
Reconocimiento y legado
A lo largo de su carrera, Amaia Arrazola fue reconocida por su capacidad para conectar el arte con las emociones humanas, especialmente en el público infantil. Su obra logró trascender fronteras, apareciendo en ferias internacionales de arte, festivales de ilustración y exposiciones colectivas.
- En 2022 realizó el mural Diversidad o barbarie, una declaración visual sobre la tolerancia y el respeto.
- En 2023 participó en el libro colectivo Reflejos de un compromiso, dedicado a apoyar la lucha contra el cáncer de mama.
Colegas, editoriales y admiradores han expresado su tristeza en redes sociales, destacando su generosidad, su talento y su constante energía creativa.
Amaia Arrazola combinó curiosidad, sensibilidad y humor en cada uno de sus proyectos. Sus personajes, ya fueran camaleones, niñas curiosas o figuras legendarias japonesas, transmitían un mensaje de empatía y libertad creativa.
Aunque su vida fue breve, su obra sigue viva en las páginas de sus libros, en los muros de las ciudades y en el recuerdo de quienes encontraron en su arte una fuente de color y emoción.
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