La desgarradora historia real detrás de la nueva serie de Netflix sobre la violencia vicaria: “Nadie nos vio partir”
Inspirada en hechos reales, “Nadie nos vio partir” retrata la historia de una madre que lucha por recuperar a sus hijos, secuestrados por su propio esposo en los años 60.

Ambientada en la Ciudad de México de los años 60, “Nadie nos vio partir” llega a Netflix para abordar un tema tan doloroso como actual: la violencia vicaria, cuando uno de los padres utiliza a los hijos como herramienta de castigo o venganza contra el otro.
La serie, protagonizada por Tessa Ía y Emiliano Zurita, está inspirada en el libro homónimo de Tamara Trottner, quien relata su propia historia de infancia marcada por el secuestro que sufrió junto a su hermano a manos de su padre.
La producción, rodada en México, Francia, Sudáfrica e Israel, promete ser una de las más intensas del año por su mezcla de drama familiar, poder, religión y los límites del amor materno.
El drama de Valeria: una madre entre el amor y el castigo
En “Nadie nos vio partir”, Tessa Ía interpreta a Valeria Goldberg, una mujer atrapada en un matrimonio concertado con Leo Saltzman (Emiliano Zurita). Ambos provienen de familias poderosas dentro de la comunidad judía mexicana, encabezadas por los patriarcas Samuel (Juan Manuel Bernal) y Moishe (Flavio Medina).
Cuando Valeria comete una infidelidad, Leo decide vengarse arrebatándole lo que más ama: sus hijos Isaac y Tamara (Alexander Varela y Marion Sirot). Así comienza una intensa batalla entre dos familias, en la que los niños se convierten en víctimas de un conflicto adulto.
“Parte de nuestra experiencia al rodar esta serie fue escuchar historias similares de personas que conocíamos. Es más común de lo que pensamos”, confesó Tessa Ía.
La violencia vicaria: el corazón del conflicto
La actriz asegura que no hace falta ser madre para entender la magnitud del tema.
“Lo más importante es no perder de vista que esta historia la cuenta Tamara, la niña que con valentía comparte lo que vivió”
— Tessa Ía
El relato, basado en el testimonio de Trottner, recuerda que esta forma de violencia, en la que se usa a los hijos como instrumento de daño emocional, no pertenece solo al pasado, sino que sigue ocurriendo hoy en muchas familias.
Leo Saltzman: un hombre moldeado por el poder
Por su parte, Emiliano Zurita destaca que su personaje refleja cómo la presión familiar puede anular la voluntad individual:
“Leo viene de una familia donde los patriarcas deciden todo. No puede decir ‘yo no soy mi padre’. Cuando Valeria se rebela, él reacciona desde lo que aprendió: el control y el castigo.”
— Emiliano Zurita
El actor subraya que en la historia no hay villanos absolutos:
“Todos los personajes son víctimas de su entorno. Nadie hace daño porque sí, sino porque cree que está haciendo lo correcto.”
— Emiliano Zurita
Detalles del rodaje
Uno de los aspectos más conmovedores de “Nadie nos vio partir” es que parte de la narración se da desde la perspectiva de los niños, lo que amplifica la vulnerabilidad emocional del relato.
Tessa Ía reflexionó sobre lo difícil que fue ponerse en los zapatos de los niños, ya que, en sus palabras, ellos son los que viven la confusión, el miedo y el desarraigo, mientras que los adultos no piensan en lo que ellos sienten. Por su parte, Zurita reveló que su papel lo llevó a comprender el peso de mantener una fachada ante sus hijos; de tener que fingir que todo está bien aunque por dentro esté roto.
La serie fue filmada en cuatro países: México, Francia, Sudáfrica e Israel, reflejando los lugares reales donde la familia Trottner vivió su pesadilla. La logística, comenta Tessa Ía, fue uno de los mayores retos de la producción:
“En lugar de recrear los escenarios, viajamos a los lugares auténticos. Eso le da una profundidad y una verdad que no se pueden fingir.”
Del libro a la pantalla: el testimonio de Tamara Trottner
Tamara Trottner publicó “Nadie nos vio partir” en 2020, una novela basada en los recuerdos de su infancia. En ella narra cómo su padre, tras descubrir la infidelidad de su madre, organizó su secuestro con ayuda de su abuelo.
El relato describe cómo los niños fueron llevados de país en país con pasaportes falsos, mientras su madre emprendía una búsqueda incansable por recuperarlos. Algunos de los momentos más duros del libro incluyen:
- El uso de mentiras y manipulación emocional: el padre hacía creer a los niños que su madre no quería verlos.
- La indiferencia de las autoridades: en los años 60 no existían leyes que protegieran a las madres en casos de sustracción parental.
- El silencio social: las familias poderosas involucradas mantuvieron el caso fuera del escándalo público.
Finalmente, la madre logró encontrarlos un año después, tras reconocerlos detrás de una reja en una casa de México.
“Nadie nos vio partir” no solo retrata una tragedia familiar, sino que invita a reflexionar sobre el poder, el amor, la venganza y la infancia perdida.
Con actuaciones intensas, ambientación de época impecable y una historia real que toca fibras profundas, la nueva serie de Netflix promete convertirse en una de las producciones más comentadas del año.
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