Roberto Palazuelos revela que trabajó como lavaplatos en Londres antes de alcanzar la fama

CIUDAD DE MÉXICO.- Roberto Palazuelos, conocido como el Diamante Negro, se ha posicionado como una de las figuras más representativas del mundo del entretenimiento en México. Actor, empresario y símbolo de una vida ligada al glamour, las fiestas y los negocios de alto nivel, recientemente sorprendió al revelar una faceta poco conocida de su pasado.

Durante una conversación con Miguel Ángel Mancera para el programa La Saga, retomada por Infobae, el también empresario narró cómo vivió una etapa de humildad y esfuerzo en Londres, antes de alcanzar el reconocimiento que hoy ostenta.

La decisión que lo llevó a Europa

Palazuelos recordó que, pese a los planes que su padre tenía para él, siempre sintió que su destino estaba en el mundo artístico.

Estilos

Cómo prevenir que se tape el fregadero

“Yo me empiezo a enamorar de este mundo y empiezo a decir: ‘Yo quiero ser artista, no quiero estudiar derecho’. Mi papá logra que entre a la ITAM en la escuela de Derecho y yo iba a clases y decía: ‘No me late’”, explicó.

En medio de esa indecisión, recibió una llamada de su amigo Jorge “El Burro” Van Rankin, quien en ese momento residía en Londres. La invitación lo llevó a emprender una aventura inesperada: alejarse de la presión familiar y buscar la oportunidad de ingresar a la Royal Academy of Dramatic Art.

Una vida sencilla en la capital británica

El cambio fue radical. Palazuelos compartió un pequeño departamento con Van Rankin, donde ambos dormían en sleeping bags en un cuarto diminuto con un baño exterior. La experiencia marcó un contraste con la vida de comodidades que había tenido en México.

El verdadero reto llegó al momento de encontrar empleo. En lugar de trabajar como mesero, como inicialmente pensaba, le ofrecieron un puesto en el área de cocina.

“Me dice: ‘Tenemos chamba de lavaplatos’. Yo dije: ‘Ya estoy aquí, a la goma’”, relató.

El lavaplatos con Rolex

Uno de los episodios más curiosos de esa etapa ocurrió en el sótano de un restaurante, donde convivía con compañeros árabes y turcos. Allí, mientras lavaba platos, llevaba puesto el Rolex que le había regalado su padre.

Según contó entre risas, en una ocasión uno de sus compañeros dudó de la autenticidad del reloj: “Un día me dice un árabe: Rolex, y me dice, fake. Lo muerde y dice: Rolex, y me ponen el Rolex”.

Aunque el contraste era evidente (trabajar largas horas en la cocina con un accesorio de lujo en la muñeca), Palazuelos se mantuvo firme en su decisión de continuar.

Te puede interesar: Roberto Palazuelos señala a la viuda de Andrés García de esconderse de la ley

De lavaplatos a asistente de barman

A pesar de las dificultades económicas, que en ocasiones le impedían cubrir gastos básicos como el transporte o el alquiler, logró poco a poco mejorar su situación. Con el tiempo fue ascendido a asistente de barman en el bar ubicado sobre el restaurante, un puesto que le permitió permanecer en Londres alrededor de once meses.

Esas vivencias, asegura, influyeron en su manera de ver la vida y contribuyeron a moldear la personalidad que más tarde lo distinguiría en su faceta de empresario y figura pública.

Quién es Roberto Palazuelos

Nacido en Acapulco, Guerrero, en 1967, Roberto Palazuelos Badeaux es actor, abogado y empresario. Su trayectoria en la televisión mexicana incluye participaciones en telenovelas como Muchachitas, Dos mujeres, un camino y Amada enemiga, entre otras. Además, se ha dado a conocer por sus apariciones en reality shows y programas de variedades.

Fuera de las pantallas, ha consolidado un emporio en el sector turístico con hoteles en destinos como Tulum y Playa del Carmen, lo que le ha valido el reconocimiento como uno de los empresarios más influyentes en esa región del país.

Conocido por su estilo de vida extravagante y su apodo de Diamante Negro, Palazuelos ha sido un personaje recurrente en la prensa de espectáculos, pero sus declaraciones recientes muestran un origen distinto al que muchos imaginaban.

De Londres a los reflectores

La etapa en Londres no solo le permitió madurar, sino también reafirmar su interés por el mundo artístico.