¿Quiénes fueron Ed y Lorraine Warren? Los demonólogos que inspiraron las películas de “El Conjuro”

MONROE, CONNECTICUT.- Desde casas embrujadas hasta muñecas poseídas, los casos de Ed y Lorraine Warren han aterrorizado a generaciones enteras.

Esta pareja de investigadores paranormales se convirtió en la inspiración de una de las franquicias de terror más exitosas del cine: “El Conjuro”. Ahora, con la cuarta entrega de la saga, El Conjuro: últimos ritos, a punto de estrenarse, su historia vuelve a captar la atención del público.

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¿Quiénes fueron Ed y Lorraine Warren?

Ed Warren nació en 1926 en Bridgeport, Connecticut. Desde pequeño afirmó haber tenido experiencias con fantasmas en la casa donde creció. Con el tiempo se dedicó a la pintura y a retratar mansiones supuestamente embrujadas, lo que lo llevó a interesarse en el mundo paranormal.

Lorraine, por su parte, decía tener habilidades psíquicas y la capacidad de comunicarse con los muertos desde niña. Se conocieron siendo adolescentes, se casaron en 1945 y juntos comenzaron a recorrer Estados Unidos para investigar fenómenos sobrenaturales.

En 1952 fundaron la New England Society for Psychic Research, la primera organización dedicada a estudiar lo paranormal en el país. Su hogar en Monroe se convirtió en un museo de objetos supuestamente malditos, desde estatuas y espejos hasta la célebre muñeca Annabelle.

Casos que los hicieron famosos

Varios expedientes les dieron notoriedad y terminaron inspirando películas:

• Annabelle: una muñeca Raggedy Ann que, según las historias, se movía sola y emitía mensajes extraños. Los Warren aseguraban que estaba poseída por un demonio y la mantuvieron en una vitrina bendecida.
• La casa de Amityville: tras el asesinato de la familia DeFeo en Nueva York, los nuevos inquilinos, los Lutz, aseguraron experimentar fenómenos paranormales. Los Warren investigaron y difundieron relatos de apariciones demoníacas.
• La posesión de Enfield: en Inglaterra, dos niñas afirmaron ser atacadas por una entidad durante la noche. Las fotos de supuestas levitaciones dieron la vuelta al mundo y el caso inspiró El Conjuro 2.
• El juicio de Arne Johnson: en 1981, un joven mató a su casero y la defensa alegó que estaba poseído por un demonio. Fue el primer caso en Estados Unidos en usar la posesión como argumento legal, con los Warren en el centro de la controversia.

Otros casos, como el de la familia Snedeker (base de The Haunting in Connecticut), reforzaron la reputación de los Warren como demonólogos expertos.

Controversias y críticas

La fama de los Warren no estuvo libre de cuestionamientos. Periodistas y escépticos los acusaron de exagerar o fabricar pruebas para ganar notoriedad.

En el caso de Amityville, el periodista Rick Osuna señaló que todo fue

Un montaje entre los Lutz y los Warren para vender libros y derechos cinematográficos”

Gerald Brittle, colaborador en el libro The Demonologist, también fue acusado de inflar testimonios. Exasistentes de los Warren afirmaron que muchos objetos del museo provenían de tiendas de antigüedades, no de investigaciones reales.

Organizaciones escépticas catalogaron sus casos como “engaños mediáticos” y expertos en criminología cuestionaron la intervención de los Warren en procesos judiciales. Además, el documental de Netflix Juicio al diablo presenta testimonios que desmienten la versión de que el diablo fue responsable del asesinato de Arne Johnson.

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Legado entre la realidad y la ficción

A pesar de las controversias, los Warren dejaron un legado que combina misterio y espectáculo. Su trabajo inspiró películas, libros y documentales, y su historia sigue fascinando a quienes buscan entender los límites entre lo paranormal y lo real.

Lo que nosotros hacemos es ayudar a la gente a enfrentar lo inexplicable”

—  decía Lorraine

Frase que resume la curiosidad y la polémica que rodeó a esta pareja durante más de medio siglo. Con la nueva entrega de El Conjuro, sus historias continúan llegando a nuevas generaciones, recordando que, entre la ciencia y la fe, siempre hay espacio para el misterio.