El vestido de novia de Thalía: 70 kilos de cuento de hadas y un costo de 350 mil dólares

El 2 de diciembre del año 2000, la cantante y actriz Thalía contrajo matrimonio con el productor musical Tommy Mottola en la Catedral de San Patricio de Nueva York. El evento fue uno de los más mediáticos de la época, no solo por la relevancia de la pareja, sino por la magnitud del vestido que lució la llamada “Emperatriz de la Belleza”, diseñado por el modisto mexicano Mitzy.

A lo largo de su carrera, Thalía ya había marcado tendencia con su estilo en telenovelas y alfombras rojas, pero aquel día se consolidó como un ícono de la moda nupcial. Su vestido de novia pasó a la historia como uno de los más extravagantes y recordados en la industria del espectáculo latino.

El peso del glamour: un vestido de 70 kilos

Lo que más llamó la atención del atuendo fue su peso descomunal: 70 kilos. Confeccionado con telas finas, bordados de lujo y una cola que alcanzaba 17 metros de largo, el vestido estaba pensado para impactar desde el primer instante.

Para muchos expertos en moda, este diseño representó un reto no solo técnico sino también físico, pues cargar un vestido de esas dimensiones durante toda la ceremonia era una proeza. Según confesó el propio Mitzy en entrevistas, Thalía soportó con gracia el peso del traje, aunque admitió que no fue sencillo desplazarse con él en la catedral.

Este detalle convirtió el vestido en una pieza única, pues pocas novias —incluso en la élite de Hollywood— han llevado un atuendo con semejante peso y proporciones.

Un lujo valuado en 350 mil dólares

Además de su monumental tamaño, el vestido también llamó la atención por su precio estimado de 350 mil dólares, lo que en su momento lo convirtió en uno de los vestidos de novia más caros del espectáculo latino.

El costo incluía el trabajo artesanal del bordado, la selección de materiales exclusivos y el proceso de confección que llevó meses de preparación. Cada detalle estaba pensado para resaltar la elegancia de Thalía y reforzar la imagen de un auténtico cuento de hadas.

Mitzy, el diseñador detrás de esta creación, explicó que la magnitud del vestido buscaba estar a la altura del escenario: la Catedral de San Patricio, uno de los templos más importantes y simbólicos de Nueva York.

Impacto en la cultura pop y la moda

Con este vestido, Thalía no solo selló su unión con Tommy Mottola, sino que también consolidó su estatus como referente de glamour en América Latina. La boda fue seguida por medios de todo el mundo, y el vestido rápidamente se convirtió en tema de conversación por sus dimensiones y su precio.

Incluso dos décadas después, el vestido de novia de Thalía sigue apareciendo en listas de los trajes más recordados en bodas de celebridades. Muchas novias y diseñadores han encontrado en él inspiración, especialmente por su aire teatral y su espíritu de “princesa de cuento”.

En la cultura pop, este atuendo marcó un antes y un después, demostrando que una boda podía trascender más allá de lo personal y convertirse en un evento mediático global.

Más allá del espectáculo

Aunque con el tiempo Thalía ha compartido otros momentos íntimos de su vida en redes sociales, su boda con Tommy Mottola sigue siendo uno de los capítulos más recordados por el público. El vestido no solo representó opulencia, sino también un símbolo de la transformación de Thalía: de estrella de telenovelas y música pop a figura consolidada en el entretenimiento internacional.

Hoy en día, hablar del vestido de Thalía es hablar de un ícono de la moda nupcial y de la cultura pop. El peso de 70 kilos y su costo de 350 mil dólares lo convirtieron en una pieza que, más allá de la moda, es parte de la historia del espectáculo latinoamericano.