Quiere Antonio Huerta “hacer pensar en imágenes”
El cineasta sonorense está nominado a los Premios de Cine de Cannes por su cortometraje “Caviar”
HERMOSILLO, Sonora.- El cineasta sonorense Antonio Huerta ha logrado lo que muchos creadores independientes apenas se atreven a soñar: Su cortometraje “Caviar” ha sido nominado a Mejor Cortometraje en los Premios de Cine de Cannes, una prestigiosa vitrina internacional que proyecta en vivo para profesionales y distribuidores del cine, con clasificación oficial para los premios IMDb.
Con tan sólo 19 minutos y 7 segundos de duración, Huerta presenta una propuesta audaz que mezcla comedia, delirio visual y crítica social, todo bajo una nueva fórmula de cine que él mismo ha bautizado como “ciencia cinematográfica infrarealista”.
La historia de “Caviar” nace en las calles del Raval, en Barcelona, España. Huerta cuenta que escribió el guión caminando por ese barrio, y que una noche, mientras cenaba, se reencontró con un viejo conocido: Un director de fotografía de renombre internacional que ha trabajado con Coldplay, Bad Bunny y el FC Barcelona. Lo que empezó como una conversación casual se transformó en una oportunidad decisiva.
“Si tienes un guion, yo te llevo a una productora y te consigo la cámara que quieras”, le dijo su colega. A los pocos días, Huerta ya estaba sentado en una productora catalana que se entusiasmó con la propuesta y apostó por el proyecto, financiando con alrededor de 65 mil euros.
El cortometraje, realizado en catalán -lengua en la que Huerta comenzó a escribir tras instalarse en Barcelona-, tuvo una postproducción que duró cerca de un año, realizada con los mejores estudios disponibles para una obra de ese metraje. En enero se realizó una proyección privada, y poco después fue inscrito en festivales. Huerta, con apenas 200 euros en su cuenta, decidió arriesgarlo todo para inscribir “Caviar” en Cannes. El riesgo valió la pena.
“Caviar” es descrita por su autor como “una comedia romántica delirante”. La trama sigue a un detective enamorado de una conductora de televisión, quien es secuestrada por la mafia catalana tras revelar una nota sobre un asesinato.
UN NUEVO ENFOQUE
Huerta define su estilo como parte de una corriente que él mismo ideó y registró: La ciencia cinematográfica infrarealista. Este enfoque busca condensar en menos de 25 minutos la profundidad y complejidad narrativa de una película de una hora, utilizando ritmo vertiginoso, edición eficaz, narrativa fragmentada pero poderosa, y un uso creativo de recursos visuales y sonoros.
La narrativa veloz no está exenta de profundidad. En sólo segundos, Huerta logra insertar discursos filosóficos, sociales y emocionales. En una escena de apenas 17 segundos, se plantea una conversación entre el detective y un vagabundo que aborda el tema de la salud mental frente al consumo de drogas. Con esto, el cineasta busca no sólo entretener, sino provocar reflexión.
Tienes que ser preciso. Decir mucho en muy poco tiempo”, afirma.
Huerta reconoce que su estilo narrativo está influido tanto por la literatura como por la calle. Dice que escribe poemas mientras camina, los lleva en el bolsillo, y cambia versos por agua mineral en bares. Conversa con extraños, escucha historias insólitas y las transforma en ideas cinematográficas. La inspiración también llega en momentos inesperados, como cuando está por dormirse, y suele anotar con rapidez, hasta que, de pronto, ya tiene un guion completo.
“Siempre tengo un hueco en el pecho”, confiesa, pero canaliza esas emociones en creaciones donde el amor y la comedia encuentran su cauce.
Nunca me he rendido con el cine”, expresa.
CONFIANZA EN EL TALENTO MEXICANO
“Caviar” también representa una victoria simbólica: Fue producido mientras Huerta aún no tenía papeles legales en España. La productora catalana creyó en su talento más allá de la burocracia.
Hoy, con papeles en regla, y el respaldo de una compañía que además le ha ofrecido trabajo en Madrid, Huerta se consolida como un cineasta que combina voz propia con una técnica innovadora.
El reconocimiento en Cannes no llegó como una sorpresa total. La noche antes del anuncio, Huerta sintió una especie de revelación mientras caminaba por el barrio del Born. Sintió que el “lobo del festival” se le posaba en la cabeza, como si algo en el aire anunciara la buena noticia. Al día siguiente, recibió el correo oficial de selección. “No es que no me sienta capaz, sé que me lo merezco, pero es Cannes, ¿sabes?”, comenta con emoción.