Ana Martín recuerda su encuentro con Marilyn Monroe en México: “Era bellísima, todos enloquecieron”

La actriz mexicana, Ana Martín, compartió recientemente una anécdota sobre el momento en que conoció a la legendaria estrella de Hollywood, Marilyn Monroe. En una entrevista con la periodista Matilde Obregón, Martín describió la impresión que le causó ver de cerca a una de las figuras más emblemáticas del cine internacional durante una visita a la Ciudad de México.

El encuentro ocurrió en los estudios Churubusco, mientras Ana Martín se encontraba grabando una película. Aunque no tuvo la oportunidad de conversar directamente con Monroe, la actriz mexicana quedó impactada por la presencia y apariencia natural de la celebridad estadounidense. “Era bellísima y sin nada de maquillaje; no estaba peinada. Se sentó y enloquecieron todos”, relató Martín.

Según sus palabras, Marilyn Monroe llegó con un vestido ajustado, sin ropa interior, con el cabello rubio suelto y sin peinado elaborado. Esa imagen, lejos de pasar desapercibida, provocó una fuerte reacción entre quienes se encontraban en el lugar. Ana Martín confesó que la observó a la distancia, deslumbrada por su belleza natural.

La vez que Marilyn Monroe visitó México

La anécdota de la actriz revivió el interés por las visitas que Marilyn Monroe realizó a México, país al que acudía con frecuencia, no solo por placer sino también por motivos personales. En varias ocasiones, la actriz visitó el estado de Chihuahua, donde compartía momentos con celebridades como Frank Sinatra, y donde también oficializó su divorcio del escritor Arthur Miller en 1961.

Uno de sus viajes más recordados fue en febrero de 1962, tan solo meses antes de su muerte. Durante esa visita, Marilyn ofreció una conferencia en el Hotel Continental de la Ciudad de México y convivió con figuras del cine nacional como Emilio “El Indio” Fernández, con quien compartió un tequila, según relatan crónicas de la época.

En ese mismo periodo, también se le vinculó sentimentalmente con el director mexicano José Bolaños Prado. Su cercanía con la cultura y el cine mexicano dejó huella tanto en su historia personal como en la memoria colectiva de la época dorada del espectáculo.