“Me habían comprado”: Olga Breeskin revela haber sido esclava sexual en el pasado

CIUDAD DE MÉXICO.- En una entrevista para el programa “El minuto que cambió mi destino”, la violinista Olga Breeskin rompió el silencio sobre un capítulo doloroso de su vida, en el que fue víctima de abuso y esclavitud sexual. La artista, compartió con su público detalles de un pasado que mantuvo oculto durante años.

Breeskin narró cómo, sin saberlo, cayó en las garras de un productor en Las Vegas, quien la mantuvo bajo su control durante siete años. “Me enredé con un productor… sin saber que prácticamente me había comprado. Me tuvo como esclava laboral y personal”, relató la violinista, quien destacó lo difícil que ha sido hablar de este tema, pero reafirmó su compromiso de ser sincera con su audiencia.

La artista también describió cómo este hombre, a quien evitó nombrar, no solo la explotaba profesionalmente, sino que la vendía a personas influyentes, tratándola como una mercancía sexual.

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“Me padroteaba... no sabía qué me pasaba... quizá me drogaba, no podía escapar de él. Es una persona mala y gracias a mis ángeles, logré salir de eso”, expresó, con la voz quebrada por la emoción.

Pensó en quitarse la vida

A lo largo de la entrevista, Breeskin reveló que, en su momento de mayor desesperación, llegó a tener pensamientos suicidas, pues se encontraba atrapada en una situación sin salida.

“A mí me decía: ‘No regreses sin el cheque’. Lo digo con mucha pena, porque de ahí vino el deseo de atentar contra mi vida”, confesó.

Asimismo, la violinista explicó que a pesar de las recomendaciones de quienes la rodeaban para denunciar los hechos, no encontraba la manera de hacerlo.

“No tenía opción porque era un criminal que le quita la vida a otras personas. Es fácil decir, pero que se pongan en el pellejo de una mujer comprada a los 40 años de edad, que se supone que ya se las sabe de todas y no sabe nada”, aseguró.

Hoy, tras haber logrado escapar de esta situación, Olga Breeskin decidió contar su historia no solo para sanar, sino para advertir a las nuevas generaciones sobre los peligros de tratar el cuerpo como un objeto de intercambio.

“Cuando estás en plan de esclava, no tienes voluntad propia, no la tenía. Pero tenía que pasar así para advertir a las nuevas generaciones que piensan que el cuerpo es un instrumento de dinero, no lo es”, concluyó la violinista.