Así fue el último día de Paco Stanley: entre risas, nervios y un presagio trágico
El último programa de Paco Stanley estuvo lleno de señales inquietantes y momentos emotivos antes de su fatídico asesinato.
El 7 de junio de 1999, millones de mexicanos sintonizaron el programa de Paco Stanley, sin imaginar que ese sería su último día al frente de las cámaras. Un día que comenzó con la habitual mezcla de humor y entretenimiento, pero que poco a poco fue revelando gestos y palabras que muchos interpretaron como un triste presagio.
Un programa lleno de emociones
El día inició como cualquier otro en el set del programa, con una escuela invitada que llenaba el lugar de aplausos y emoción. Paco, siempre carismático, hizo su gran entrada, pero desde el principio algo era diferente. Se mostró más afectuoso de lo normal con sus músicos, a quienes elogió efusivamente, lo que sorprendió a los presentes, ya que el humor ácido y burlón solía ser su estilo.
“Ustedes son lo que valen”, les dijo con una sinceridad que parecía extraña viniendo de alguien que acostumbraba las bromas pesadas. Muchos interpretaron este gesto como una despedida, aunque en ese momento nadie podía prever lo que estaba por suceder.
A lo largo del programa, Paco interactuó con Mario Bezares, su compañero y “patiño”, a quien molestaba por una supuesta caída que lo obligaba a usar una férula. Entre bromas, Paco fue mostrando un comportamiento inusual: sudaba, caminaba nervioso y, en varias ocasiones, el nerviosismo lo llevó a usar una servilleta para secarse el rostro en vivo.
Signos de preocupación
Conforme avanzaba la transmisión, Paco comenzó a hacer comentarios que inquietaron a la audiencia. Agradeció a Dios por estar vivo y expresó su preocupación por la inseguridad en México, algo que resonó profundamente.
“Gracias a Dios que estoy viviendo. Qué buena suerte tengo”, dijo en tono reflexivo, lo que muchos tomaron como un claro presagio de lo que ocurriría más tarde ese mismo día.
En un momento de evidente incomodidad, Paco salió del set abruptamente, dejando a Mario Bezares sin saber qué hacer. Mientras intentaba cubrir su ausencia, Paco regresó después de un corte comercial, esta vez sin saco, quejándose del calor y mostrando claros signos de ansiedad. Se soplaba el rostro con sus papeles y su voz temblaba. Era evidente que algo no andaba bien.
Un adiós que nadie imaginó
A pesar de todo, Paco intentó recomponerse. Dio una emotiva reflexión, pidiendo al público que se valorara y siguiera adelante sin importar los obstáculos.
“Quiérase y recuerde que aunque otros lo detengan, el éxito está en usted”, dijo con una sinceridad que conmovió a los presentes.
El programa concluyó con una despedida que, en retrospectiva, fue casi solemne. Paco bromeó diciendo que tenía una mala noticia: “Ya nos vamos”, dijo entre risas, aunque parecía que en el fondo sabía que ese adiós sería definitivo.
Horas más tarde, cuando salió del restaurante El Charco de las Ranas en el sur de la Ciudad de México, Paco Stanley fue asesinado en un ataque que conmocionó al país entero.
Su última aparición en televisión quedó grabada en la memoria colectiva, no solo por sus bromas, sino por los inquietantes indicios de que algo trágico estaba por suceder.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí