Fallece Françoise Hardy a los 80 años: Un ícono de la música francesa
Hardy, conocida por su belleza clásica y su música melancólica, dejó un legado duradero en la industria musical, siendo reconocida como una de las mejores cantantes de todos los tiempos por Rolling Stone en 2023.
PARIS.- Françoise Hardy, la célebre cantante, actriz y modelo francesa, falleció a los 80 años. Conocida por su belleza clásica y su música a menudo melancólica, Hardy cautivó a fans de todo el mundo desde la década de 1960 y continuó siendo una figura influyente en la cultura pop. Su hijo, Thomas Dutronc, también músico, anunció su muerte en Instagram, compartiendo una foto de su infancia con su madre y escribiendo: “Maman est partie” (“Mamá se ha ido”).
A lo largo de los últimos veinte años, Hardy luchó contra el cáncer linfático y laríngeo, desde que fue diagnosticada por primera vez con el primer padecimiento en 2004. A pesar de sus problemas de salud, su legado permaneció intacto y su influencia continuó siendo reconocida. En 2023, la revista Rolling Stone la colocó en el puesto número 162 en su lista de los mejores cantantes de todos los tiempos, siendo la única artista francesa en figurar en el ranking.
Will Hermes, crítico de Rolling Stone, describió a Hardy como la personificación del “cool” francés y la pasión gala, con una voz altanera y susurrante que evocaba la elegancia del existencialismo. Su habilidad para escribir su propio material, algo inusual en los años 60, especialmente para mujeres, y su interpretación de obras de maestros como Serge Gainsbourg y Leonard Cohen, le aseguraron un lugar especial en la historia de la música.
Carrera Multifacética y Reconocimientos
Además de su carrera musical, Hardy también destacó como modelo y actriz. Trabajó con diseñadores de la talla de Yves Saint Laurent y es quizás más recordada por el público estadounidense por su participación en la película “Grand Prix” de John Frankenheimer en 1966. Su carrera cinematográfica abarcó trece años, desde “Castle in Sweden” en 1963 hasta su última aparición en “If It Had to Be Done Again” de Claude Lelouch en 1976.
En una entrevista con el New York Times en 2018, Hardy comentó sobre su carrera en el cine, mencionando que se sentía más cómoda en la música que en la actuación:
Prefería la música al cine. La música y la chanson te permiten profundizar en ti mismo y en tus sentimientos, mientras que el cine se trata de interpretar un personaje que puede estar muy lejos de quien eres, expresó.
El primer gran éxito musical de Hardy, “Tous les Garcons et les Filles” (“Todos los chicos y las chicas”), llegó en 1962, cuando tenía solo 18 años. En 1968, su mayor éxito en inglés, “It Hurts to Say Goodbye”, escrito por Serge Gainsbourg, alcanzó el número uno en el Reino Unido y en su natal Francia.
Un Legado Duradero
Hardy cantó en francés, inglés, italiano y alemán, atrayendo admiradores de entre las estrellas más grandes del mundo. Bob Dylan, uno de sus admiradores, le dedicó un poema en la contraportada de su álbum “Another Side of Bob Dylan”. Cuando Dylan llegó a París para su primer concierto, insistió en conocer a Hardy antes de regresar al escenario, mostrando el impacto significativo que ella tuvo en otros artistas.
En 2018, Hardy lanzó su autobiografía “El desespero de los monos y otras nimiedades” y su último álbum, “Personne d’Autre” (“Nadie más”), marcando un regreso notable después de una serie de problemas de salud que la llevaron a estar en coma inducido dos años antes.
Incluso en sus últimos años, Hardy mantuvo su interés en la música. En 2017, escribió un artículo en el sitio web Talkhouse elogiando a la banda Cigarettes After Sex, describiéndola como la música que siempre había buscado. “Es exactamente la música que prefiero y que he estado buscando toda mi vida”, escribió, destacando la afinidad que sentía por la melancolía romántica y la sensualidad presente en las canciones de la banda.
Hardy compartió su entusiasmo por haber conocido a Greg Gonzales, el cantante de Cigarettes After Sex, y expresó su deseo de compartir esa música con su esposo y amigos en Córcega. Aunque admitió sentirse demasiado mayor para disfrutar de la música de manera romántica, su pasión por la música permaneció inquebrantable hasta el final.