Reseña: La cuarta entrega de “Bad Boys” con Will Smith supera a “Rápidos y Furiosos”

ESTADOS UNIDOS.- Como predijo una antigua profecía, la cuarta entrega de la franquicia “Bad Boys” ha completado su transformación al estilo “Rápidos y Furiosos”. Continuando con los giros dramáticos introducidos en “Bad Boys para Siempre” del 2020, esta nueva película presenta una trama llena de acción que incluye una relación clandestina, un hijo secreto de un cartel que asesina a Joe Pantoliano, y la participación de DJ Khaled. Esta telenovela cargada de adrenalina se convierte en un entretenido éxito de verano que explora las tradiciones americanas de la familia, la corrupción y la violencia, culminando incluso con una barbacoa.

Aunque la saga de autos de Vin Diesel se ha quedado sin combustible, la fórmula que la impulsó sigue siendo efectiva para esta nostálgica serie de los años 90. En un mundo donde Deadpool atrae más público que Michael Bay y Will Smith es más conocido por sus controversias que por sus éxitos, la franquicia ha evolucionado. Lo que antes se sostenía con una canción icónica de reggae y dos estrellas de cine ahora necesita una mitología completa. El espectáculo ya no es suficiente para atraer multitudes al cine; ahora se necesita una sensación de obligación entre el público para comprar boletos en el fin de semana de estreno.

El Regreso de Mike y Marcus

En “Bad Boys: Ride or Die”, los Tenientes Detective Mike Lowrey (Will Smith) y Marcus Burnett (Martin Lawrence) regresan para una secuela que redobla los esfuerzos de la película anterior para expandir la serie más allá de una simple historia de policías y ladrones. Un ejemplo memorable de esta evolución es la escena del chico Reggie en “Bad Boys II”, que se convierte en una parte fundamental de la historia en esta entrega. Dennis Greene, quien interpreta a Reggie, destaca con su humor sutil, haciendo de contrapunto perfecto para las energéticas actuaciones de Smith y Lawrence.

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La película también mantiene un equilibrio entre la tontería y la sinceridad, una combinación que funciona gracias a la dirección de Adil El Arbi y Bilall Fallah (conocidos como Adil & Bilall). Estos directores honran las raíces de la serie, plantadas por el superproductor Jerry Bruckheimer, incluso cuando el guion amenaza con alejarse de ellas. El equilibrio logrado entre lo absurdo y lo emotivo mantiene viva la esencia de la franquicia.

La Evolución de la Trama y los Personajes

Algunas cosas no cambian. Aunque Marcus amenaza con retirarse, “Ride or Die” comienza con los protagonistas violando todas las leyes de tráfico en Miami mientras se dirigen a la boda de Mike. Este último, ahora más maduro tras descubrir que es el padre de un asesino del cartel, está a punto de casarse con Christine, interpretada por Melanie Liburd. La ceremonia sirve como punto de reunión para casi todos los personajes importantes, incluyendo a la exnovia y jefa de Mike, Rita Secada (Paola Núñez), y al candidato a alcalde Lockwood (Ioan Gruffudd), un político sospechoso.

La boda también introduce a la hija del Capitán Howard, interpretada por Rhea Seehorn, cuya furia por la muerte de su padre la lleva a hacer suposiciones ilógicas que convierten a Mike y Marcus en fugitivos. Este evento es solo el comienzo de una serie de peripecias que mantienen la trama en constante movimiento, siempre con el estilo frenético característico de la franquicia.

Acción Frenética y Nostalgia

La película sigue acelerando con secuencias de acción frenéticas y una dirección que recuerda los días de gloria de los blockbusters de finales del siglo XX. La cámara de Adil & Bilall se mueve con tal velocidad que hace que Michael Bay parezca un pintor de paisajes, adaptando un enfoque gráfico y caricaturesco que se apoya en la estética de los videojuegos cuando es necesario. La efectividad de estas escenas se destaca en las secuencias de combate vistas desde una perspectiva en tercera persona, una técnica que añade dinamismo a la narrativa.

A pesar de los intentos de atraer a las audiencias modernas, “Ride or Die” no se desvincula del espíritu original de la franquicia. La película está impregnada de referencias a los clásicos de acción de los 90, desde la banda sonora de Lorne Balfe que cita el tema de Hans Zimmer de “The Rock”, hasta secuencias que evocan “Con Air”. Esta conexión con el pasado es un ancla que mantiene la película fiel a sus raíces.

La Dinámica Inquebrantable de Smith y Lawrence

El ritmo frenético de la película, facilitado por la química atemporal entre Smith y Lawrence, es una de las razones por las que “Ride or Die” funciona tan bien. Las bromas y las dinámicas entre los dos protagonistas proporcionan un nivel de preocupación genuina por sus personajes, a pesar de las exageraciones del guion. Las apariciones de personajes como DJ Khaled y las breves escenas de Tiffany Haddish agregan un toque de humor y acción, mientras que la trama mantiene a los espectadores en constante expectativa.

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En resumen, “Bad Boys: Ride or Die” logra equilibrar la nostalgia con elementos modernos, manteniendo su esencia original mientras se adapta a los tiempos actuales. La película es una montaña rusa de emociones y acción que, a pesar de sus absurdos giros argumentales, se sostiene gracias al carisma y la química innegable de sus protagonistas. Para los fanáticos de la franquicia, este nuevo capítulo ofrece todo lo que aman y un poco más, consolidando a Mike y Marcus como los indiscutibles “Bad Boys” del cine de acción.