Richard Gadd, creador de “Baby Reindeer”, pide que dejen de buscar a los personajes de la vida real en los que se baso para su serie

CIUDAD DE MÉXICO.- La serie “Baby Reindeer” ha llamado la atención del público por su narrativa única y grotesca, escalando rápidamente en las listas de popularidad de Netflix. Escrita y protagonizada por el comediante escocés Richard Gadd, la serie se basa en sus propias experiencias, agregando un elemento de autenticidad a su trama.

La historia se centra en la tumultuosa relación entre Donny Dunn, un aspirante a comediante, y Martha, una mujer aparentemente amigable que se convierte en una acosadora obsesiva después de un encuentro en un bar. Además, Donny lucha contra la culpa después de ser víctima de abusos sexuales, agregando una capa de complejidad a la trama.

Dudas en las redes sociales desatan una ‘cacería’

El proyecto visual protege las identidades reales de los involucrados, lo que ha llevado a especulaciones en las redes sociales sobre las identidades de los agresores reales. Richard Gadd ha pedido a sus seguidores que detengan las investigaciones sobre los personajes de la vida real, enfatizando que la serie no trata sobre eso.

Acusaciones infundadas generan controversia

Las sospechas en línea han llevado a acusaciones infundadas contra el actor, director y guionista Sean Foley, de 59 años, debido a la similitud entre su persona y el personaje ficticio. Foley ha declarado que la policía está investigando las publicaciones difamatorias en su contra.

Espectaculos

Baby Reindeer de Netflix ofrece una nueva perspectiva sobre la victimización sexual masculina

Richard Gadd ha expresado su pesar por los ataques hacia personas que admira, como el guionista Sean Foley, que han sido señaladas injustamente de haber cometido delitos. La situación ha generado un debate sobre la responsabilidad en el uso de la ficción para tratar temas delicados.

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La información personal sobre la acosadora real de Richard Gadd se ha difundido en las redes, revelando que sufre de una enfermedad mental, lo que agrega una dimensión adicional a la discusión sobre los límites éticos en la representación de la vida real en los medios de entretenimiento.