La posesión demoniaca que inspiró “El Conjuro 3”
El caso de Arne Cheyenne Johnson forma parte de los archivos de Ed y Lorraine Warren.

ESTADOS UNIDOS.- Esta semana, una de las sagas de terror más escalofriantes de la actualidad regresa al cine con "El Conjuro 3: El Diablo me hizo hacerlo".
La cinta, protagonizada por Vera Farmiga y Patrick Wilson, retrata otro caso de Ed y Lorraine Warren, un matrimonio de investigadores paranormales que se enfrentó a la escalofriante muñeca Anabelle y a varios espíritus malignos.
En esta ocasión, ayudarán a un joven que enfrenta un juicio por homicidio y su defensa ante el tribunal fue que cometió el delito bajo posesión demoniaca.
La pareja deberá comprobar que el acusado está diciendo la verdad y desentrañar el misterio de la fuerza oscura que lo acecha a él y su familia.
Lo que pocos saben es que este largometraje de terror está basado en un caso real que acaparó todos los titulares de los periódicos en Estados Unidos.
UN TERRORÍFICO ASESINATO
La historia se basó en el crimen de Arne Cheyenne Johnson, que estremeció a toda la comunidad de Brookfield, Connecticut en 1981.
La ciudad celebraba su año 193 sin homicidios, cuando, en una tranquila noche de febrero, Arne encajó un cuchillo en el pecho de Alan Bono. Murió una hora después, desangrándose en la escena del crimen.

Meses después, Johnson se enferntó a un juicio donde aceptó haber asesinado a Alan, pero se declaró inocente del delito.
El diablo me hizo hacerlo”, argumentó ante el juez.
Este fue el primer caso judicial en Estados Unidos, en el que un acusado usó de defensa la posesión demoniaca. El abogado Martin Minella afirmó que su cliente estaba bajo la influencia de algún espíritu maligno cuando cometió el crimen.
“Los tribunales se han ocupado de la existencia de Dios. Ahora van a tener que lidiar con la existencia del diablo”, dijo el abogado al New York Times en 1981.
Incluso entre las evidencias se encontró el caso de David Glatzel, hermano menor de la prometida de Arne, Debbie, quien fue poseído por el demonio meses antes del crimen.
Ed y Lorraine Warren, en compañía de los sacerdotes católicos romanos, lograron exorcizar al niño de 11 años. Sin embargo, el demonio que yacía en su interior saltó a Johnson y lo obligó a asesinar a Alan.
Arne Cheyenne Johnson fue declarado culpable el 24 de noviembre de 1981. Cumplió cinco años de su condena de 10-20 años.
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