Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Dinero / Ricardo Salinas Pliego

¿Por qué el auto Olinia representa un golpe a Ricardo Salinas Pliego?

La presentación del auto eléctrico Olinia, impulsado por el gobierno de Sheinbaum, desató una fuerte reacción del empresario Ricardo Salinas Pliego.

¿Por qué el auto Olinia representa un golpe a Ricardo Salinas Pliego?

CIUDAD DE MÉXICO.-La presentación del auto eléctrico Olinia, un proyecto impulsado por el gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum, ha desatado una fuerte reacción del magnate empresarial Ricardo Salinas Pliego. Lejos de ser una mera crítica a una nueva empresa, la virulencia de su respuesta revela una confluencia de intereses económicos, una rivalidad política profunda y una batalla legal que define la relación entre uno de los hombres más ricos de México y el gobierno actual.

1. La competencia directa e indirecta

Si bien Salinas Pliego lo niega con ironía e insultos, existe una clara intersección en el mercado de la movilidad de bajo costo que ambos proyectos buscan capturar.

  • Italika vs. Olinia: La principal empresa de Salinas, Grupo Elektra, es la propietaria de Italika, la marca de motocicletas más vendida en México. Estas motos son populares por su accesibilidad y son ampliamente utilizadas para transporte personal, reparto (última milla) y como mototaxis.
  • El blanco de Olinia: El proyecto Olinia está diseñado específicamente para competir en este segmento. Sus dos modelos iniciales están dirigidos a:
    • “Movilidad de barrio”: Una alternativa eléctrica, más segura y cómoda, al mototaxi tradicional.
    • “Entregas de última milla”: Un vehículo de reparto que compite directamente con las motos utilizadas por miles de repartidores y pequeños comercios.

Un auto eléctrico que se promociona con un precio de entre $90,000 y $150,000 pesos (cercano al de una motocicleta de alta gama o una de gama media con prestaciones superiores) representa una amenaza existencial para una parte del negocio de Italika. Ofrece protección contra los elementos, mayor seguridad y un costo de operación (recarga vs. gasolina) potencialmente menor.

2. El enfrentamiento ideológico y de modelo de negocio

Salinas Pliego no solo ve un competidor, sino un símbolo de un modelo económico que rechaza: la participación del Estado como impulsor de proyectos estratégicos.

  • Capitalismo vs. intervención estatal: El empresario, representante de un capitalismo privado agresivo, cuestiona la viabilidad del proyecto con argumentos sobre la experiencia de los involucrados, el riesgo que asumen y la inversión de capital propio (“empresarios de mentiras”). Esto choca frontalmente con el modelo del gobierno, que presenta a Olinia como un esfuerzo nacional que aprovecha el capital humano de universidades públicas (UNAM, IPN, TecNM) para lograr un bien social (movilidad accesible y limpia).
  • El precedente de “Internet del Bienestar”: Su comparación con Altán Redes no es casual. Es un intento de enmarcar a Olinia dentro de lo que él percibe como “proyectos fallidos del gobierno”, etiquetándolos de antemano como “nido de ratas y corrupción” para desacreditarlos ante la opinión pública.

3. El trasfondo real: La batalla fiscal con el SAT

Este es, quizás, el factor más importante y el que explica la intensidad del enojo de Salinas Pliego. La crítica a Olinia es la punta de lanza de un conflicto mucho mayor.

  • La deuda millonaria: Como confirmó la Presidenta Sheinbaum, hay un caso de hace 16 años donde Grupo Salinas debe al SAT aproximadamente 74,000 millones de pesos (74 mil MDP). Sheinbaum fue contundente: “Ningún tribunal ha dicho que no debe pagar. Ninguno. Lo único que han hecho es postergar”.
  • “Extorsión” vs. “cumplimiento de la ley”: Salinas Pliego califica el cobro de impuestos como una “extorsión”. El gobierno, en cambio, lo presenta como una aplicación estricta de la ley y el fin de la “vista gorda” que existía en el pasado. El SAT ha fortalecido notablemente su recaudación, y Grupo Salinas es su deudor más prominente.
  • El ataque como estrategia: Al atacar un proyecto emblemático del gobierno (Olinia), Salinas intenta:
    • Desviar la atención de su propio problema fiscal.
    • Enmarcar la narrativa de que el gobierno lo “persigue” no por cumplir la ley, sino por ser un empresario exitoso que se atreve a criticarlo.
    • Movilizar a su base en redes sociales presentándose como una víctima de un gobierno que, según él, malgasta recursos en proyectos inviables en lugar de crear un clima favorable para los negocios.

Te puede interesar: Así son los tres modelos de Olinia, el primer auto eléctrico hecho en México

Más que un auto, un símbolo de conflicto

El auto Olinia es mucho más que un vehículo eléctrico. Se ha convertido en un símbolo del choque entre dos visiones opuestas de México:

  1. La visión gubernamental: Un Estado que interviene para desarrollar industria nacional, impulsar la soberanía tecnológica y ofrecer productos accesibles para la población, utilizando el talento de sus universidades públicas.
  2. La visión de Salinas Pliego: Un modelo donde la iniciativa privada es la única capaz de generar proyectos eficientes y rentables, y donde el Estado no debe ser un competidor, sino un facilitador.

La reacción del empresario no es solo por una potencial competencia en el mercado de la movilidad, sino por el contexto global de un enfrentamiento legal monumental por el pago de impuestos y una batalla ideológica por el papel del Estado en la economía nacional. El destino de Olinia, su éxito o fracaso, será utilizado por ambos bandos como prueba de que su modelo es el correcto, tal como lo dejó claro el mismo Salinas Pliego al desafiar: "Guarden este tweet y vemos en un año...“.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados