La importancia de tener un fondo de emergencia en México y cómo empezar uno
Tener un fondo de emergencia evita que recurras a créditos costosos o préstamos informales en momentos de crisis

MÉXICO.- Un fondo de emergencia es una de las herramientas financieras más importantes para enfrentar situaciones imprevistas como despidos, emergencias médicas o reparaciones del hogar.
En México, donde la inestabilidad económica puede ser un desafío, este fondo es crucial para mantener la tranquilidad financiera.
¿Qué es un fondo de emergencia?
Es un ahorro destinado exclusivamente para cubrir gastos imprevistos. A diferencia de otros ahorros, no se usa para vacaciones o compras planeadas, sino para emergencias reales.
Los expertos recomiendan que este fondo equivalga a tres a seis meses de gastos básicos.
Cómo empezar uno
- Establece un objetivo: Calcula tus gastos mensuales esenciales (renta, comida, transporte) y fija una meta de ahorro.
- Hazlo automático: Configura transferencias automáticas a una cuenta separada cada quincena o mes.
- Elige el lugar adecuado: Guarda tu fondo en una cuenta de fácil acceso pero que genere rendimientos, como una cuenta de ahorro de CETES Directo o un fondo de inversión de bajo riesgo.
¿Por qué es importante?
Tener un fondo de emergencia evita que recurras a créditos costosos o préstamos informales en momentos de crisis.
Según un estudio de Banxico, el 70% de los mexicanos no tiene un ahorro suficiente para enfrentar una emergencia financiera.
Comenzar a construir tu fondo, aunque sea con pequeñas cantidades, puede marcar una gran diferencia en tu estabilidad económica y en la capacidad de enfrentar imprevistos sin comprometer tu futuro financiero.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí
Te recomendamos
Microemprendimientos: Cómo pequeñas fuentes de ingreso pueden transformar tus finanzas
Criptomonedas estables: Una estrategia efectiva para proteger tus ahorros
No huyas del SAT: Aprende a manejarlo a tu favor con esta guía de expertos en finanzas
La “obsolescencia programada” y el engaño del “celular nuevo”