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La deuda de privados pasamos a pagarla todos los mexicanos: ¿Qué fue el Fobaproa?

El Fobaproa compró a los bancos todo tipo de chatarra financiera, es decir, créditos que nunca se recuperaron y el costo fiscal fue letal para el país.

CIUDAD DE MÉXICO.-Durante la crisis por la pandemia de Covid-19, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que su gobierno no endeudará al país, como se hizo, dijo, en otros gobiernos.

“Las deudas personales terminan cuando uno muere, pero la deuda pública no: Esas pasan de generación en generación”, detalló en una conferencia de prensa.

“Estamos haciendo cosas diferentes a otros sexenios y no contraeremos una deuda pública que seguramente heredaremos, el Fobaproa lleva 22 años y aún nos restan 50 para terminar de pagar”, afirmó.

¿Qué fue el Fobaproa?

En 1982 gobernaba el PRI, con José López Portillo, en es época México se convirtió en una fuente de riqueza por los pozos petroleros que se encontraron en el territorio y por las ventas de crudo con base en el precio internacional que beneficiaron la economía del país.

Todo iba muy bien, sin embargo, López Portillo "gastó a manos llenas". Utilizó la bonanza para estatizar y comprar muchas empresas privadas que convirtió en nido de burocracia que pagaba sueltos desorbitantes a sus allegados y aviadores.

Los gastos del país crecieron de manera incontrolable, y para mantener el nivel económico que vivía el gobierno de Portillo, pidió créditos internacionales que no se pudieron solventar porque el precio y las ventas del petróleo bajaron.

Las deudas del país crecieron de tal magnitud que el gobierno del Portillo no tenía cómo pagarlas y para justificar a la opinión pública el mal manejo de las finanzas culpó a los banqueros de su mal administración, así el gobierno estatizó los bancos de sus dueños sin pagarles su valor real.

Desde entonces, la salud económica de México fue precaria por malos manejos y para enfrentar problemas extraordinarios se crearon diferentes programas hasta llegar al Fobaproa.

En el año de 1990 el ex presidente Carlos Salinas de Gortari instituye el Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro) que tenía como función recuperar los créditos que incumplían con los pagos de empresarios, instituciones financieras, y ciudadanos y así capitalizar a las instituciones financieras.

Aunque por varios años el gobierno tuvo el control de la banca, para ahorrar gastos en la administración del sector público, el gobierno le vendio 18 bancos a la iniciativa privada (lo que se le conoce como privatización) para que también se involucraran en el proceso productivo.

La privatización de la banca en México formó parte de una estrategia, con el inocente objetivo de integrar nuestra economía al proceso de globalización y así responder "a las transformaciones bancaria del mundo", denuncian expertos.

Gradualmente, los bancos no solo recibieron depósitos y prestaban dinero, también se convirtieron en emisores de valores juntos con empresas privadas y el propio gobierno. Con este modelo, en 1993 de mil 115 empresas estatales solo 203 se quedaron en manos del gobierno.

¿A quién le vendieron los bancos?

Fobaproa en 1994

Una crisis política sacudió a México con el asesinato del candidato del PRI a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. Esa contienda la ganó Ernesto Zedillo Pónce de León.

En diciembre de 1994 tras 6 años de luchar contra la inflación, el tipo de cambio se sobrevaluó y repercutió en:

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La combinación de estos factores causó retiros masivos de capital por la desconfianza hacia las instituciones de crédito. Los bancos no eran solventes y se temía el colapso financiero.

A finales de 1994 sucedió la crisis económica más grave de la historia contemporánea de México. En diciembre de ese año el gobierno priista salió al rescate de un selecto grupo empresarial.

Desde el poder se emitieron señales que propiciaron que algunos banqueros pasaran al fondo de rescate bancario muchas deudas de ellos que no querían solventar.

En 1995 una eventual quiebra de los bancos habría hecho imposible el acceso a créditos y los ahorradores no podrían disponer de su dinero, lo que habría colapsado a la economía.

Ante el desastre, Ernesto Zedillo aplicó el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).

Las deudas del Fobaproa subieron a 552 mil 300 millones de pesos por concepto de cartera vencida que se canjeó por pagarés ante el Banco de México (Banxico).

El Fobaproa compró a los bancos todo tipo de chatarra financiera, es decir, créditos que nunca se recuperaron y el costo fiscal fue letal para el país.

También le resolvieron la situación económica a grandes accionistas, empresarios, y banqueros que sí tenían la solvencia para pagar su deuda, pero prefirieron transferirla al Fobaproa. En el momento de la crisis, el Fondo sirvió para salvar el sistema bancario, pero también para tapar una cadena de delitos.

En el Fobaproa había aproximadamente mil 325 grandes y medianos deudores con créditos que rebasaban los 20 millones de pesos, entre ellos empresas como:

Otro grupo de deudores estaba compuesto por pequeños empresarios y ciudadanos comunes, el punto que resalta es que 600 créditos hechos a empresarios, figuras de poder, y algunos banqueros representaban más del 55% de la deuda que cubría el fondo.

Ante el fracaso de todas las medidas para normalizar la situación, el gobierno optó por proponer la conversión de la deuda bancaria en deuda pública. Se creo que IPAB (Instituto para la Protección al Ahorro Bancario), que cumple la misma función del Fobaproa, pero además de encarga de administrar y vender los bancos en quiebra.

Por primera vez en la historia de México, se contrató un especialista para auditar todo el sistema bancario, el canadiense Michael Mackay, quien encontró múltiples irregularidades cometidas entre 1991 y 1994.

Según el informe, la banca mexicana olvidó las buenas prácticas financieras y optó por la irregularidad y rescate de las instituciones crediticias. El expero lo calificó como un "escandoloso fraude" porque muchos bancos aprovecharon la oportunidad que abrió el gobierno con el Fobaproa para resolver sus problemas.

Pedro Aspe y Guillermo Ortiz, secretario y subsecretario de Hacienda durante Ernesto Zedillo, hicieron una distinción importante en ese momento: No es el pueblo, sino el contribuyente quien paga al Fobaproa.

El orgen del Fobaproa de proteger al país de una emergencia financiera, resultó en el mejor negocio para algunos banqueros, empresarios y grandes accionistas y personajes cercanos a figuras del poder, que, señalan, filtraron sus deudas e inventaron préstamos fantasma para que el fonfo se los financiara.

Expertos críticos lo señalan como "el mayor fraude económico" del país, y acusan a dos figuras: Los que robaron a costa de quebrar los ahorros de los ciudadanos y los cómplices en el poder que lopermitieron.

AMLO se lanza contra el Fobaproa

“El Fobrapoa no solo fue el rescate, sino lo que se robaron los llamados hombres de negocios y funcionarios públicos”, dijo AMLO en una mañanera.

¿Quiénes aprobaron el Fobaproa?

El 12 de diciembre de 1998 los legisladores del PRI y del PAN aprobaron con 326 votos las reformas a las leyes del Banco de México, de Instituciones de Crédito, del Mercado de Valores y para regular las Agrupaciones Financieras (Fobaproa), además de la creación del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB).

Aquí la lista de los que lo aprobaron:

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