La reforma de la regulación del juego que podría cambiar toda la experiencia mundialista en México

Cada vez falta menos para el Mundial 2026. Ya tenemos el grupo asignado y los rivales. Tú ya tienes el calendario en mano, unas bebidas heladas y grupo de WhatsApp echando humo debatiendo si nos conviene salir primero o segundo en el grupo A. Todo es diferente respecto al Mundial de 1986. Es el primero con 48 equipos, el que abre en el Azteca y el que, por primera vez en tu vida, vas a poder apostar desde el sofá con el celular en la mano mientras gritas gol. Internet era solo una cosa de técnicos en los ochenta. Todo pinta para ser legendario. Pero justo cuando estás a punto de depositar los primeros pesos para tener saldo listo, te cae el mazazo: el gobierno de Sheinbaum está pensando en una suba de impuestos que será la más dura de la historia al juego online. Un subidón del 30 al 50 % exactamente el año del torneo. Casualidad… o no tanto.
La pregunta que nadie te va a hacer en la tele, pero que tú ya te estás haciendo, es sencilla: ¿por qué justo ahora? ¿Por qué en el momento en que millones de mexicanos van a querer probar las plataformas de casino online en Mexico por primera vez en su vida deciden ponerte más trabas, menos bonos y cuotas más flacas? Esto es lo que puede pasar. Y te lo voy a contar sin rodeos, como si estuviéramos en la tribuna tomando una fría antes del partido.
Los cambios regulatorios que te van a pegar directo en el bolsillo justo en el Mundial 2026
Ponte cómodo, porque esto te afecta de lleno. Estás emocionado porque México arranca en el Grupo A, juega todos sus partidos de fase de grupos en casa y, dependiendo de cómo quede, se puede comer un camino relativamente suave en dieciseisavos. Si queda primero, le toca el mejor tercero de otros grupos: puede ser Curazao, Costa de Marfil, Ecuador o incluso un tercer lugar de grupos complicados como el de Alemania o España. Si queda segundo, cruza con el segundo del Grupo B: Canadá, Suiza, Qatar o quien gane el repechaje europeo. Si queda tercero (Dios no lo quiera) se mide al líder del E o del G: Alemania o Bélgica de entrada. Cada escenario abre un abanico de apuestas distintas y tú querías tener todo listo para meterle al Tri en cada ronda tras ronda.
Pero el 1 de enero de 2026 aparece una nueva ley. El IEPS salta al 50 % sobre los ingresos brutos de las casas de apuestas. Traducción rápida: lo que antes las plataformas te devolvían en bonos de bienvenida, freebets, cuotas mejoradas o cashback ahora se lo queda Hacienda. Los operadores legales van a tener que subir precios o reducir ofertas para sobrevivir. Varios ya avisaron que podrían dejar el mercado mexicano o que van a operar con restricciones. Y tú, que solo querías ponerle 200 pesos a que México pasa de ronda o al over 2.5 goles, terminas pagando la fiesta.
El gobierno dice que con esto van a recaudar miles de millones extras para salud y programas sociales. Objetivo loable sobre el papel. Pero tú y yo sabemos que el timing no es inocente.
El Mundial 2026 como la gran puerta de entrada al juego online para millones de mexicanos

Vamos a los números que nadie te dice en la tele. El Mundial pasado, el de Qatar 2022, movió más de 150 000 millones de dólares en apuestas a nivel mundial. Este de 2026, con 40 partidos más, con tres países anfitriones y con México como protagonista, fácilmente puede romper todos los récords. Las consultoras especializadas hablan de un crecimiento del 40-50 % solo en México. Cuatro millones de usuarios activos hoy pueden convertirse en siete u ocho millones en junio de 2026. La mayoría, como tú, nunca había depositado un peso en una casa online. En 1986 no existía ni internet. Ahora sí, y ahora es cuando te lo ponen más caro.
El formato está hecho para engancharte. 12 grupos de cuatro, dos pasan directo, los ocho mejores terceros también, o sea que hasta el último segundo del último partido de grupos vas a estarás pegado a la app viendo si tu apuesta combinada sobrevive. Vas a querer meterle al Tri, a los goleadores, a los corners, a los tarjetas, a todo. Y justo cuando más gente va a querer entrar al juego, el Estado dice: ‘este año habrá que recaudar más’. Es como si hubieran visto venir la ola y pusieran peaje en la playa.
La ley vieja que ya no sirve y la nueva que llega con mano dura
La ley que tenemos hoy nació en 1947. Sí, leíste bien: 1947. Cuando ni televisión a color había. Esa ley hablaba de rifas, lotería y casinos con fichas físicas. Nadie pensó en celulares, en apuestas en vivo ni en criptomonedas. Por eso todo el boom online de los últimos diez años ha vivido en un gris. Hay licencias para casinos físicos, pero lo digital siempre fue un ‘ahí se ve’. Hasta que llegó el Mundial y alguien dijo: ‘Ahora sí, hora de ordenar… y de cobrar’.
La reforma crea un Instituto Nacional de Juegos y Sorteos, obliga verificación biométrica, prohíbe cajeros en casinos físicos, veta los créditos para apostar y pone multas de hasta 50 millones de pesos. Todo eso suena bonito si piensas el fin real es proteger a los débiles. Pero también mata los bonos, encarece las cuotas y espanta a varios operadores internacionales que ya estaban invirtiendo fuerte en México pensando en el Mundial. El resultado: menos competencia legal, precios más altos para ti.
Qué significa esto en números reales para tu bolsillo
Hoy el mercado mexicano de juego online mueve unos 2 500 millones de dólares al año. Para 2026 se espera que llegue fácil a 4 000 o 5 000 millones solo por el efecto Mundial. Si el impuesto pasa del 30 al 50 %, las casas legales van a tener que absorber parte o pasártelo a ti. Ejemplo concreto: un bono de bienvenida de 100 % hasta 5 000 pesos que daban muchas apps hoy probablemente baje a 50 % o desaparezca. Las cuotas que antes estaban en 1.95 ahora estarán en 1.85 o menos. Y las promociones de devolución por empate o gol en el minuto 90 van a ser historia.
Los operadores ilegales o grises, esos que nadie controla, van a festejar. Porque cuando lo legal se pone caro, la gente se va a lo barato. Y ahí no hay verificación, no hay límites de depósito, no hay autoexclusión. Ahí sí te pueden estafar y nadie te responde. El gobierno dice que va a bloquear páginas ilegales, pero todo el mundo sabe que con una VPN y dos clics estás dentro otra vez.
El camino del Tri y cómo cada partido te va a tentar más

Volvamos al fútbol, que es lo que nos importa. Si México queda primero de grupo (que debería, jugando en casa) te toca un tercero accesible y probablemente juegues dieciseisavos en el Azteca. Imagina esa apuesta: México gana y pasa a octavos con cuota 1.60. Hoy te parece regalada. Con la nueva ley, esa misma cuota puede bajar a 1.50 o menos. Son diez centésimas que parecen poquito, pero en una combinada de cuatro partidos se notan… y mucho.
Si quedamos segundos, nos vamos a Estados Unidos. Ahí la cuota sube, la emoción también, y tú vas a querer meterle más. Si quedamos terceros (esperemos que no) nos toca Alemania o Alemania o Bélgica de entrada. Ahí la cuota explota. Cada escenario es una excusa perfecta. Y cada vez que deposites después de enero vas a pagar más caro por la misma adrenalina.
Qué puedes hacer tú, el aficionado que solo quiere disfrutar
Opciones hay pocas, pero existen. Puedes quedarte en lo legal y aceptar que te va a costar más. Puedes buscar casas que absorban parte del impuesto (las grandes probablemente lo hagan al principio para no perder mercado). Puedes aprovechar lo que queda de 2025 para agarrar los últimos bonos buenos antes de que desaparezcan. O puedes, como mucha gente va a terminar haciendo, buscar alternativas reguladas por otros países que cuentan con un marco normativo más claro.
Lo único que nadie te puede quitar es la emoción de ese primer Mundial con apuestas legales masivas. Porque ese puede ser el legado. Que por fin pudiéramos jugar como los europeos, con seguridad, con promociones y con la tranquilidad de que si ganas, cobras. La reforma pensada para 2026 puede significar en un sueño más pequeño. Cada apuesta seguirá vigente, pero te va a costar más, te van a dar menos y vas a tener menos opciones.
Al final la pelota está en tu cancha. Cuando suene el himno en el Azteca el 11 de junio de 2026 y México salte a la cancha, tú vas a querer estar dentro de la jugada. El Mundial no espera. Así que prepárate, porque la fiesta va a estar increíble.¡Que gire el balón!
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