¡Lo pusieron en engorda! Carlos Salcido comía hasta 7 veces cuando migró al futbol europeo

Durante una charla en el podcast “El RePortero”, conducido por Yosgart Gutiérrez, exportero del Cruz Azul, Carlos Salcido recordó con humor y asombro la transformación física que vivió al llegar al PSV Eindhoven después del Mundial de Alemania 2006.

Su fichaje se concretó tras su destacada participación con la Selección Mexicana en la Copa Confederaciones 2005, donde varios clubes europeos comenzaron a interesarse en él.

Finalmente, el entonces presidente de Chivas, Jorge Vergara, agilizó su traspaso al futbol neerlandés, gracias al interés directo del técnico Ronald Koeman, quien lo había observado en un partido disputado en el Philips Stadion, casa del PSV.

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Yo no sabía ni dónde estaba Holanda —contó entre risas—, lo único que conocía eran los helados”, recordó Salcido.

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Segundo mexicano en la Eredivisie

Con su llegada al PSV, Salcido se convirtió en el segundo futbolista mexicano en la liga holandesa, después de Joaquín del Olmo (Vitesse).

Aunque en un principio notó que el estilo de juego no era tan distinto al mexicano, sí le impactaron las diferencias físicas y disciplinarias. En Holanda, los futbolistas seguían una rígida rutina alimentaria: desayunar antes del entrenamiento, comer inmediatamente después y mantener horarios estrictos. Esa disciplina permitía a los jugadores alimentarse adecuadamente tres o hasta cuatro veces al día, algo poco habitual en México.

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“Tratamiento de engorda”: la exigencia europea

En su conversación con Yosgart, Salcido detalló que, pese a su buena condición física —pues desde joven practicaba fisicoculturismo—, en Holanda se dio cuenta de que su cuerpo estaba lejos del estándar europeo.

• “El más fregado físicamente”: Al llegar al PSV y compararse con sus compañeros, se dio cuenta de que era el más delgado. Su pareja en la zaga era el brasileño Alex, apodado “el tanque”, un defensor de casi 1.90 metros y de musculatura impresionante.
• El régimen extremo: El cuerpo técnico decidió someterlo a un “tratamiento de engorda”, como él mismo lo describió: “Me agarraron como los pollos, literal, esos de engorda”.
• Pastillas y hambre constante: Para aumentar su masa muscular, le administraron pastillas que le daban ‘un chingo de hambre’, según sus palabras, al punto de tener que comer incluso en la madrugada. Si se despertaba a las 3:00 a.m., debía comer pan o pizza.
• Siete comidas al día: En total, llegó a comer hasta siete veces diarias, incluyendo colaciones y snacks.

El resultado fue evidente: Salcido aumentó considerablemente su masa muscular, adaptándose a la potencia y resistencia que exigía el futbol europeo.

De Eindhoven a Londres: un nuevo nivel físico

Esa transformación lo preparó para su siguiente paso: la Premier League, donde jugó con el Fulham. Ahí comprobó que el ritmo era “más diferente, más bravo, más fuerte, más todo, más físico”. En Inglaterra, el trabajo de gimnasio era fundamental, con rutinas obligatorias al menos tres veces por semana.

La gran lección de su paso por Europa

La experiencia de Carlos Salcido reflejó el contraste entre la preparación física europea y la que se vivía en el futbol mexicano. Mientras en México se valoraba al jugador “de corazón”, en Europa se entendía que el éxito dependía tanto del talento como del cuidado del cuerpo y la alimentación.

Aquel “tratamiento de engorda” no solo fortaleció su físico, sino también su mentalidad. “Ahí entendí que si no estás preparado, te comen vivo”, dijo Salcido en el podcast, subrayando que su paso por Holanda fue uno de los retos más duros —y más formativos— de su carrera.