Con la jugada más extraña de la temporada, los Guardianes clasifican a la postemporada de la MLB; incluso hoy podrían ser campeones divisionales

CLEVELAND.– La temporada de los Guardianes de Cleveland ha sido un auténtico drama de altibajos, una montaña rusa de emociones que encontró su punto álgido este sábado en el Progressive Field. En una escena casi inverosímil, el novato C.J. Kayfus recibió un pelotazo con las bases llenas en la novena entrada, forzando la carrera que le dio a su equipo una victoria de 3-2 sobre los Rangers de Texas y, lo más importante, sellando su pase a la postemporada de la MLB.

Pero la historia no termina ahí. La hazaña de la tarde del sábado es solo el capítulo más reciente de una remontada histórica que tiene a toda la ciudad de Cleveland conteniendo la respiración. Al concluir la jornada, los Guardianes permanecen empatados con los Tigres de Detroit en la cima de la División Central de la Liga Americana.

La magia del beisbol, a veces, se esconde en los detalles más insospechados. Con las bases llenas y dos outs en el episodio final, el lanzador Robert García no pudo controlar un lanzamiento que impactó en Kayfus, permitiendo que Petey Halpin cruzara el plato con la carrera de la victoria. Un final extraño, sin duda, pero que refleja la resiliencia de un equipo que se ha negado a darse por vencido.

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¿Y ahora qué? El escenario para ser campeones

La clasificación está asegurada, pero el título divisional está a solo un paso. Gracias a su ventaja en el criterio de desempate por duelos directos esta campaña, los Guardianes tienen el destino en sus manos este domingo, el último día de la temporada regular.

• Si Cleveland gana su partido contra los Rangers, o si Detroit pierde el suyo ante los Medias Rojas de Boston, los Guardianes se coronarán campeones de la División Central por segundo año consecutivo.
• En el escenario contrario, donde los Tigres ganen y los Guardianes pierdan, Detroit se llevaría el título y sería el anfitrión de la Serie de Comodín que enfrentaría a estos mismos dos equipos la próxima semana.

De la adversidad a la hazaña: una temporada de película

Para entender la magnitud de este logro, hay que mirar hacia atrás. La campaña de los Guardianes ha estado marcada por baches profundos que hicieron pensar que todo estaba perdido.

A finales de junio y principios de julio, el equipo atravesó una devastadora racha de 10 derrotas consecutivas. Según datos históricos, son apenas el cuarto equipo en la historia de las Grandes Ligas en clasificar a la postemporada después de sufrir una sequía de esa magnitud, uniéndose a una lista exclusiva donde figuran los Dodgers de 2017.

Pero el equipo de Cleveland resurgió. Entre julio y agosto, un impresionante registro de 23-9 los volvió a poner en la pelea. Sin embargo, un nuevo tropiezo (una racha de 1-9 a mediados de agosto) los dejó con récord negativo y pareció enterrar sus esperanzas. A inicio de septiembre, sus probabilidades de playoffs, según los analistas, eran de menos del 5 por ciento.

Fue entonces cuando llegó la explosión definitiva. A partir del 5 de septiembre, los Guardianes iniciaron una carrera arrolladora, ganando 17 de 19 juegos para asegurar, en un final de infarto, su lugar en el octubre beisbolero.

Un equipo que se mantuvo unido contra viento y marea

El camino no ha sido fácil dentro y fuera del campo. La baja de su pitcher estrella, Shane Bieber, antes de la fecha límite de cambios, y la ausencia temporal de figuras como Emmanuel Clase por investigaciones de la MLB, pusieron a prueba la profundidad y el carácter del roster.

Sin embargo, bajo el mando del manager Stephen Vogt, quien en los momentos más críticos aseguró que su equipo “pelearía todos los días hasta quedar eliminados o celebrar con champaña”, los Guardianes encontraron la forma de mantenerse unidos. El jonrón de dos carreras del boricua Johnatan Rodríguez en el partido del sábado es un ejemplo de cómo diferentes jugadores han emergido para ser héroes.

Hoy, la champaña está fría y lista. La oportunidad de coronar esta increíble remontada con un título divisional está servida. Cleveland aguarda un domingo que podría terminar con una celebración que, hace apenas un mes, parecía un sueño lejano.