MLB rompe récord de asistencia con 91,032 aficionados en el juego en la pista de NASCAR
Por primera vez en casi 150 años la MLB lleva un juego al estado de Tennessee y destroza el récord de asistencia.
Las Grandes Ligas hicieron historia este fin de semana al celebrar, por primera vez, un juego oficial de temporada regular en el estado de Tennessee. El evento fue parte del espectacular MLB Speedway Classic, que reunió a 91,032 fanáticos en el legendario Bristol Motor Speedway, una pista tradicionalmente usada para competencias de NASCAR.
Con esta cifra, la MLB no solo conquistó un nuevo territorio, sino que también rompió el récord histórico de asistencia para un juego de temporada regular. La marca anterior era de 84,587 personas, establecida el 12 de septiembre de 1954, durante un partido entre los New York Yankees y los Cleveland Indians en el Cleveland Stadium. Setenta y un años después, Bristol y la innovación de la MLB superaron esa hazaña con un evento único en su tipo.
Un estadio de autos convertido en diamante
El sábado, la lluvia obligó a suspender el arranque del partido entre los Atlanta Braves y los Cincinnati Reds, pero no evitó que los fanáticos disfrutaran de conciertos a cargo de Tim McGraw y Pitbull. La acción llegó el domingo, en una jornada sin precipitaciones, cuando finalmente se completó el histórico partido que terminó con victoria de los Braves por 4-2.
Eli White fue el héroe ofensivo al conectar dos jonrones, uno de los cuales fue el primer cuadrangular en la historia dentro del Bristol Motor Speedway en un juego de Grandes Ligas.
Pudimos ver todo eso (el sábado), así que mientras se pueda ver el juego hoy creo que estaremos bien”, dijo Cindy Lowe, quien viajó desde Mount Airy, Carolina del Norte.
“Los niños están felices, así que nosotros también lo estamos“, comentó Craig Marcum, quien asistió con su familia, todos empapados tras esperar bajo la lluvia la noche anterior.
Un show que fusionó NASCAR y beisbol
Los organizadores montaron un espectáculo sin precedentes: competencias entre fanáticos usando trajes de piloto, lanzamientos desde la pista hacia las gradas, y una celebración al estilo NASCAR cada vez que se conectaba un jonrón, con el “Home Run Car” dando vueltas a la pista.
Incluso el personal de mantenimiento del campo vistió uniformes que imitaban a los de un equipo de pits.
Felicitaciones a todos los fanáticos que regresaron. Después del clima y de empaparse y todo ayer, fue genial. Pensé que fue una gran producción”, reconoció el manager de Atlanta, Brian Snitker.
Un paso más en la expansión de las Grandes Ligas
Este partido en Tennessee, nunca antes sede de un juego de MLB, forma parte del esfuerzo del comisionado Rob Manfred por llevar el beisbol a lugares poco convencionales. Así como en años recientes se organizaron partidos especiales en el set de “Field of Dreams” en Iowa, o en estados como Alabama y Carolina del Norte, ahora fue el turno de un estado con fuerte tradición deportiva pero sin presencia directa de equipos de MLB.
La historia, la nostalgia del Bristol Motor Speedway combinada con las Grandes Ligas todo en un solo lugar“, expresó emocionada Lowe, quien compró sus boletos desde mayo.
Récords, nostalgia y una experiencia única
Aunque el Bristol Motor Speedway tiene capacidad para más de 150 mil personas en competencias automovilísticas, el número alcanzado por la MLB fue suficiente para romper récords y marcar un hito. La marca previa de 1954 había perdurado por décadas como un referente de aforo en la historia del beisbol profesional, hasta que la combinación de tradición, espectáculo y creatividad en Bristol logró superarla con creces.
Steven Long, de Atlanta, condujo más de 100 millas para regresar el domingo después de la suspensión del sábado. “Tenía que regresar”, dijo, mientras vestía con orgullo su camiseta de los Braves. “Tendremos más espacio a nuestro alrededor, así que no estaremos encima de los demás”, añadió con humor.
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El público celebró, cantó, se emocionó y participó como nunca antes en un escenario donde el rugido de los motores dio paso al sonido del bat y los aplausos de miles de aficionados.
Así, con una victoria, dos jonrones históricos y una atmósfera inolvidable, la MLB firmó su debut en Tennessee con una jornada épica que ya forma parte de los libros de historia del deporte profesional en Estados Unidos.