América y Emilio Azcárraga Milmo frenaron el fichaje de Carlos Reinoso al Real Madrid en 1974

En la década de los 70, Carlos Reinoso era mucho más que un ídolo americanista: era, posiblemente, el mejor futbolista en México. Su talento brilló tanto que, tras su participación en el Mundial de Alemania 1974, el Real Madrid lo buscó para ficharlo. Pero ese sueño europeo se desvaneció con una llamada.

‘El Maestro’, en una entrevista para el pódcast “Los Entrevistados” de Héctor Huerta, dio detalles de cómo el club merengue se acercó a él:

O sea, cuando juego el Mundial de Alemania 1974; acuérdate que antes no había teléfono, ni celulares, estas cosas. Entonces, un representante del Madrid en Alemania me habló para que si quería jugar con ellos. Imagínate, cuando me dijo "Madrid", me enloquecí, dije: Sí”.

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Sin embargo, el camino al futbol europeo chocó con una figura todopoderosa: Emilio Azcárraga Milmo, dueño de Televisa y, por ende, del Club América.

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Me acompañó el ‘Patita Bendita’, porque andábamos en el Mundial los dos, él no pudo jugar por estar lesionado. Y ya llegó a Madrid y de teléfono a teléfono, le marco a Panchito Hernández, le digo: Pancho, fíjate que en Madrid me quiere comprar, a ver si le dices a Don Emilio Azcárraga Milmo o a Don Guillermo Cañedo, principalmente a Don Guillermo, si me quieren vender, por favor”.

Al otro día me llaman en la mañana: ‘Oye, dice Cañedo o Emilio, que si no te regresas el jueves, no vuelves a jugar futbol. Entonces ahí se acabó la historia, no tuve ni tiempo de hablar con la gente del Madrid, nomás con el representante, fui a la oficina, estuve en el Bernabéu y ahí se acabó el sueño de jugar en Europa”.

Este episodio revela la influencia absoluta que tenía Televisa en el futbol mexicano. En los años 70, jugadores como Reinoso estaban completamente sujetos a los designios empresariales, sin libertad contractual como la que existe hoy.

Y aunque nunca pisó las canchas del Santiago Bernabéu como jugador del Madrid, Reinoso no guarda resentimiento. Se quedó en México por amor al América y a una mujer mexicana, y se convirtió en un emblema nacional.

Me enamoré del América, me enamoré de México y me quedé”, dijo con orgullo.