Hulk Hogan vs André El Gigante: El combate que cambió la historia del wrestling y la lucha libre

Con la reciente muerte de Hulk Hogan, el mundo del wrestling no solo despide a una de sus figuras más emblemáticas, sino que revive uno de los episodios más grandiosos en la historia del entretenimiento deportivo: su mítico enfrentamiento contra André el Gigante en WrestleMania III.

El duelo trascendió más allá del escenario del evento, sino que logró convertir al wrestling en parte del espectáculo global del que es hoy en día, redefiniendo para siempre la industria de la lucha libre.

El combate que rompió todas las barreras

El 29 de marzo de 1987, más de 93,000 fanáticos se dieron cieta en el Pontiac Silverdome en Michigan, en lo que sería un parteaguas para la entonces WWF (hoy WWE). André el Gigante, invicto y colosal, se enfrentaba a Hulk Hogan, el campeón mundial y el rostro de una generación.

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Aunque habían sido aliados en el pasado, una traición cuidadosamente guionada dio paso a una rivalidad monumental dejando a André como el villano de la historia ante un Hulk Hogan listo para aceptar la estafeta como la gran cara empresa.

El combate entre los dos pesos pesados estuvo marcado por Hogan cargando la mayoría de secuencias debido a que André salía de fuertes dolores de espalda.

El momento inmortal: el body slam que sacudió al mundo

El combate vivió su clímax cuando Hogan, desafiando lo imposible, levantó al gigantesco André (más de 230 kg) y lo estrelló contra la lona con un body slam, seguido del famoso Leg Drop del “Hulkster” para dejar al Gigante fuera de combate, aplicando la cuenta de tres y creando una de las imágenes más icónicas en la historia del deporte espectáculo.

Aunque luchadores como Harley Race o Antonio Inoki habían levantado a André en el pasado, nunca antes se había hecho con tanta atención mediática y ante tal multitud, ni con una construcción emocional tan poderosa.

Un punto de inflexión para la WWE y la cultura pop

WrestleMania III catapultó al evento a convertirse en la joya de la corona de la WWE. Fue el primer gran indicio de que la lucha libre podía ser más que un deporte: podía ser una epopeya moderna, con héroes, villanos, traiciones y redención.

Incluso se dice que el combate tuvo una dosis de realidad con Hogan sin saber si ganaría, si el status de André se lo permitiría, dándose cuenta de su victoria en el punto en el que el luchador de más de 200 kilos no se levantó a romper el conteo.