Empezó vendiendo carnitas y terminó entrenando al ‘Canelo’ Álvarez

El entrenador detrás del éxito de Saúl ‘Canelo’ Álvarez no nació entre los reflectores ni heredó una dinastía de campeones. En realidad, la historia de la familia Reynoso comenzó con cuchillos de carnicero y ollas de carnitas, y pasó por las calles de Guadalajara hasta llegar —de manera ilegal— a Estados Unidos, donde incluso enfrentaron a la migra. Todo eso antes de consolidarse como el equipo más exitoso del boxeo mexicano.

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José ‘Chepo’ Reynoso, en una entrevista con Mediotiempo contó que fue durante décadas un hombre dedicado al negocio de la carne. Entre cortes, tacos y tianguis, encontró una forma de mantener a su familia. Nunca imaginó que un día sería el mentor del entrenador de ‘Canelo’ Álvarez.

Mi principal oficio, el que me dio para sostener a mi familia durante 30 años, fue la carnicería. Tuve una carnicería y fui carnicero como se dice vulgarmente... Total que pusimos una taquería para vender tacos de carnitas... Yo vengo el fin de semana a apoyar, a hacer las carnitas, porque todo eso yo lo sé”, explicó el Chepo Reynoso a Mediotiempo.

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Con el paso del tiempo, la economía se complicó y las ventas ya no eran las mismas. Fue entonces que, en busca de mejores oportunidades, Chepo y su hijo Eddy Reynoso —hoy entrenador del ‘Canelo’ Álvarez— intentaron el llamado “sueño americano”, cruzando la frontera en 1996. Pero las cosas no salieron como esperaban: la migra los interceptó y Eddy Reynoso terminó detenido.

Eddy también sabe todo lo de las carnitas y la carnicería... Nos fuimos a Estados Unidos un tiempo a trabajar... Lo agarró la migración, lo metieron a la cárcel como 15 días. Total que pasó muchas penurias”, relató Chepo.

A pesar del revés, la experiencia los hizo más fuertes. Volvieron a México y vendieron su carnicería. Chepo Reynoso apostó todo por el boxeo, un mundo que ya conocía desde años atrás. En sus palabras, fue una decisión que cambió todo.

Estoy sentado en una silla en el restaurante de mi hija, bendito sea Dios... Cuando empecé en el boxeo, no había dinero. Tuve que dejar mi negocio de toda la vida... Al final aposté por el boxeo mexicano y mi apuesta fue buena".

La apuesta rindió frutos. Luego de iniciar giras con Julián Magdaleno, Chepo Reynoso entrenó a campeones del boxeo como Óscar ‘Chololo’ Larios y Javier ‘Chatito’ Jáuregui, quienes alcanzaron notoriedad en Japón, Las Vegas y otras arenas del mundo.

Desde los 13 años yo ya era un carnicero completo... Y cuando tuve que dejar la carnicería... ya no me daba, no salía igual... no es por presumir, pero soy un buen carnicero”.

Más tarde, con algo de estabilidad económica, construyeron el gimnasio Juan Magdaleno, y ahí fue donde apareció Rigoberto Álvarez, hermano mayor del ‘Canelo’, para inscribir al menor de la familia. El resto es historia conocida.

Dije, si cobro 10 pesos porque aquí entrenan, ya con eso sale lo del ‘chivo’... en ese inter llega Saúl, y Saúl pronto debutó... Terminaron las carencias, nos empezó a ir muy bien a todos”.

La historia de los Reynoso no solo está marcada por el esfuerzo, sino por una ética de trabajo que no distingue entre tacos de carnitas y cinturones de campeón. Su rutina, desde temprano, era la misma tanto en el gimnasio como en la carnicería.

Nunca, en lo que yo me acuerdo, no abrí el gimnasio por flojera. Igual la carnicería... ahí estaba al pie del cañón”.

A pesar de que la vida los llevó por caminos insospechados —incluyendo jornadas largas en carnicerías de California—, el Chepo Reynoso recuerda todo con gratitud. Para él, cada paso, incluso los difíciles, fue necesario para llegar al éxito.

Sí le batallamos, le trabajamos fuerte, pero nunca renegué... yo escuchaba que otras gentes se iban de mojados y batallaban... Yo, en cuanto llegaba, al otro día ya tenía el trabajo”.

Nada hay de extraño ni es un secreto cuando triunfan, detrás del éxito tiene que haber una historia de sacrificios y de responsabilidad y hacer las cosas bien”.