David Benavidez sigue invicto y vence a Morrell en una guerra de poder a poder

LAS VEGAS, Nevada.- En una noche emocionante, David Benavidez logró imponer su dominio sobre Osvary David Morrell en un combate electrizante en el T-Mobile Arena de Las Vegas. Con un triunfo por decisión unánime (115-111, 115-111 y 118-108), el mexicoestadounidense retuvo su campeonato interino del CMB y consolidó aún más su lugar en la cima de la división supermediana. Morrell, quien defendía su cinturón regular de la AMB, mostró un gran corazón, pero no pudo superar la contundencia y el poder de Benavidez.

Desde el inicio, ambos combatientes que llegaban invictos, sabían que estaban ante una oportunidad única. Benavidez, de 28 años y con un récord de 29 victorias (24 por nocaut), se presentó decidido y agresivo. Por su parte, Morrell, con 11 victorias (9 de ellas por nocaut), se mostró confiado en su habilidad técnica, dispuesto a probar su valía ante uno de los mejores del mundo.

El primer round fue una batalla de ajustes. Ambos boxeadores intercambiaron golpes potentes, con Benavidez logrando imponer su poder y rompiendo la guardia de su rival en algunos momentos, aunque la primera etapa del combate se mantuvo muy equilibrada.

Deportes | Noticias de México | EL IMPARCIAL

Dmitry Bivol vs. David Benavidez: la pelea está cerca de cerrarse, según informas

El segundo round vio cómo Benavidez comenzó a acorralar a Morrell, pero el cubano logró salir de la presión con agilidad, mientras el público del T-Mobile Arena comenzaba a corear “¡México, México!” en apoyo al boxeador local. A lo largo de los rounds siguientes, Benavidez fue poco a poco tomando el control, mostrando una combinación de poder y técnica que hizo que Morrell se sintiera cada vez más incómodo en el ring.

En el tercer round, Morrell intentó retomar el control con algunas combinaciones largas, pero un descuido en su concentración le permitió a Benavidez conectar un golpe en la zona baja, lo que afectó al cubano y cambió el rumbo del combate. Benavidez no tardó en aprovechar la oportunidad, y el daño a la cara de Morrell comenzó a ser evidente.

Para el cuarto asalto, Benavidez salió con todo. Sentido en su orgullo, conectó una lluvia de golpes que hizo tambalear a Morrell en varias ocasiones, quien aunque resistió, ya no lucía tan seguro. En el quinto y sexto rounds, Benavidez continuó presionando, mientras Morrell parecía perder ritmo, absorbió más golpes y su rostro comenzaba a mostrar señales de desgaste, con el ojo izquierdo cerrado y la nariz sangrando.

El séptimo round fue aún más dominante para Benavidez, quien no dejó de presionar, mientras que Morrell, ya con la moral un poco baja, no pudo responder de la misma manera. A pesar de un intento de recuperación en el octavo round, donde Morrell trató de conectar combinaciones, Benavidez seguía manteniendo la ventaja, controlando la distancia y manteniendo el ritmo de la pelea.

En el noveno round, Benavidez atrapó a Morrell en el centro del ring, lanzando una serie de uppercuts que dejaron a su oponente sin capacidad de reacción. Sin embargo, hacia el final del round, Morrell tuvo un pequeño resurgimiento, logrando conectar algunos golpes, pero ya con su rostro visiblemente dañado.

El décimo y undécimo round fueron decisivos. Aunque Morrell mostró algo de agresividad y logró derribar a Benavidez con un golpe de derecha en el undécimo asalto, Benavidez se levantó rápidamente y, con renovada furia, atacó a su rival con una serie de golpes que lo llevaron contra las cuerdas. Tras sonar la campana, Morrell un tanto disgustado soltó un golpe al rostro de Benavidez, lo que le costó un punto de castigo.

Finalmente, en el último round, Benavidez mostró por qué es uno de los mejores, respondiendo al intento de Morrell de buscar un nocaut. Con un golpe en el pómulo derecho de Morrell, el cubano empezó a sangrar, sellando su destino en el combate. Aunque ambos boxeadores se abrazaron al final en señal de respeto, la victoria fue clara para Benavidez, quien retuvo su título y se llevó el de Morrell.