Oksana Masters, la estrella paralímpica que sobrevivió el desastre de Chernóbil y vivió en tres orfanatos
Oksana Masters, una de las atletas paralímpicas más versátiles y exitosas, llega a Paris 2024 con 17 medallas en su haber, obtenidas en cuatro deportes diferentes.
Desde las gélidas tierras ucranianas, marcadas por la huella imborrable de Chernóbil, surgió una atleta destinada a trascender los límites de lo posible. Oksana Masters, nacida en 1989 (tres años después de la catástrofe nuclear), ha convertido sus desafíos en trampolines hacia la gloria deportiva.
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Su vida, marcada por la adversidad desde el nacimiento, es un relato conmovedor de superación y resiliencia. Los efectos de la radiación, que le causaron graves malformaciones físicas, no lograron apagar la llama de su espíritu competitivo. Tras vivir en tres orfanatos, fue adoptada por una maestra de la Universidad de Búfalo, y Oksana compartió en una entrevista de la BBC como fue el momento cuando se enteró que sería adoptada.
‘Tenemos una foto para mostrarte, esta será tu nueva mamá’. Cuando vi su rostro, tenía los ojos y la sonrisa más cálidos. Ella nunca me había visto. Me eligió viendo una foto mía”.
Masters también contó lo mal que fue tratada en el orfanato durante el tiempo que esperó a que concluyera el proceso de adopción.
Todos los días, hasta que ella llegó al orfanato, yo le preguntaba al director: ‘¿Puedo mirar a mi madre?’.
A veces, si no me portaba bien, porque era una alborotadora, el director lo usaba en mi contra y me decía: ‘No puedes mirar la foto hoy. Eres una chica mala. Es por eso que ella no ha venido, porque no escuchas’. Como el proceso tardó dos años, comencé a creerle. Pero su foto me mantuvo en marcha.
Ella luchó por mí durante dos años y luego vino y vio la situación en la que vivía. Cuando entró en el pasillo, había gente que estaba rompiendo el hielo en el piso porque los radiadores se habían congelado”.
Al pisar suelo estadounidense, Oksana se enfrentó a una realidad radicalmente distinta. Rodeada de niños sanos y activos, se dio cuenta de lo pequeña y frágil que era. Tras años de desnutrición en los orfanatos de Europa del Este, su cuerpo era el de una niña mucho menor. A los ocho años, se veía obligada a usar ropa para párvulos, un crudo recordatorio de las privaciones que había sufrido.
Me diagnosticaron una ‘falla para crecer sana’, básicamente, morir de hambre. Cuando cumplí 8 años, medía 86 centímetros y pesaba 16 kilos, ¡igual que un niño de tres años bastante saludable aquí en Estados Unidos! Tuve que usar ropa del tamaño de un infante durante mis primeros años.
Ahora que somos mayores y podemos hablar sobre su experiencia, respeto lo difícil que fue para mi madre. Adoptar era casi imposible para alguien soltero. Tuvo que hacer múltiples pruebas psiquiátricas y la gente le preguntaba: “¿Por qué estás soltera? ¿Qué te pasa? ¿Dónde está tu esposo?”.
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Por si fuera poco, Oksana tuvo que enfrentar la amputación de su pierna izquierda a la edad de 9 años y poco tiempo después, su condición médica preexistente obligó a los médicos a amputar también su pierna derecha.
Mi madre sabía que me tenían que quitar mi pierna izquierda, era unos 15 centímetros más corta, por lo que me la amputaron cuando tenía nueve años. Eso fue difícil, pero más aún lo fue cuando tenía 13 años y los médicos me dijeron que no podían salvar mi pierna derecha.
No estuve lista durante mucho tiempo porque, después de la primera operación, ya sabía lo que me estaba perdiendo. Sabía lo limitado que las cosas se habían vuelto para mí. Pero el dolor en mi pierna derecha se había vuelto insoportable y dije: ‘OK, estoy lista, pero con una condición: que pueda mantener mi rodilla’”.
Oksana no quería perder cuatro articulaciones en dos amputaciones, y los médicos le tomaron la palabra. Sin embargo, justo antes de entrar a quirófano, le avisaron que salvar su rodilla iba a ser imposible.
Fue Randy Mills, director del programa de remo adaptativo de Louisville, quien primero le habló sobre los Juegos Paralímpicos y los torneos internacionales. Reconociendo su gran potencial y espíritu competitivo, Mills le brindó la orientación necesaria para alcanzar el siguiente nivel. Al investigar sobre los Juegos Paralímpicos en 2008, Oksana se inspiró al no encontrar a otros atletas paralímpicos que se parecieran a ella. Sin embargo, fue en Londres 2012 cuando finalmente se sintió parte de ese mundo y decidió dedicarse por completo al deporte paralímpico.
El regreso a Ucrania y la búsqueda de respuestas
La participación de Masters en los Juegos Paralímpicos invernales de Sochi 2014, cerca de su lugar de nacimiento, fue un momento de gran significado personal. “Era como cerrar un círculo”, confesó la atleta. Regresar a Ucrania, marcada por la tragedia nuclear, le permitió conectar con sus raíces y encontrar respuestas a preguntas que la habían acompañado desde la infancia.
Cuando vine a Estados Unidos, me enteré de que lo único que puede quitar el esmalte antes del nacimiento es la radiación. Lo vincularon con Chernóbil porque realmente no estaba tan lejos de allí”.
París 2024
Con 17 medallas paralímpicas en cuatro disciplinas diferentes, Oksana se ha convertido en un ícono del deporte adaptado. Su participación en los Juegos Paralímpicos de París 2024 promete ser otro capítulo en su extraordinaria carrera. La ucraniano-estadounidense buscará ampliar su palmarés en para ciclismo, disciplina en la que ya ha logrado dos oros consecutivos (Tokio 2020).
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¿Cuándo compite Oksana Masters en París 2024?
Masters competirá como paraciclista en las pruebas de ruta y contrarreloj los días 4 y 5 de septiembre.
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