Temple de acero
Las agresiones verbales y a veces hasta físicas son su día a día. Desde las butacas o detrás de la pantalla, el sufrido aficionado dedica palabras y gritos al juez en el terreno de juego cuando algo le disgusta.
El trabajo de un árbitro rara vez deja contento a todo mundo, a veces incluso se convierte en el enemigo a vencer y el espectáculo deportivo pasa a segundo plano. No importa el resultado: En una decisión polémica, siempre habrá quien dude de su labor.
Tanto a nivel profesional como en amateur y en varias disciplinas, la figura del árbitro, réferi o ampayer se enfrenta a dificultades poco conocidas.
Muchas veces, dicen los jueces, las agresiones son propiciadas por el desconocimiento de las reglas por parte de los deportistas y de los periodistas que incitan a cuestionar su trabajo.
Estas son algunas historias del problema que enfrentan árbitros locales jornada a jornada, donde su rol en el juego es el más insultado.
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