Vive, no sólo existas
La preocupación de Bennett surge cuando se da cuenta del estilo de vida de estas personas: Trabajan ocho horas diarias, más una hora para transportarse al trabajo...
"El hombre que hace de más por lo que es pagado pronto recibirá de más por lo que hace", Napoleón Hill.
A finales del siglo XIX nació el escritor inglés Arnold Bennett, en una época agitada para la economía de Inglaterra. La revolución industrial ya llevaba algunas décadas, se había producido excedentes de capital, y había surgido una nueva clase trabajadora: Los empleados de cuello blanco, los ejecutivos, que podían trabajar en una oficina, y recibir un sueldo fijo a cambio de ello.
Qué ocurre
La preocupación de Bennett surge cuando se da cuenta del estilo de vida de estas personas: Trabajan ocho horas diarias, más una hora para transportarse al trabajo, y eso le daba al individuo quince horas libres al día.
Bennett observa que el individuo aunque no goce particularmente su trabajo, ya que lo ve como una actividad que está obligado hacer, insiste en considerar esas nueve horas de ocupación como el “día” y las horas que preceden y las posteriores son prólogo y un epílogo de este.
Bennett consideraba que esas horas había que verlas como las de un aristócrata, y que esas horas libres deberían de usarse para cultivarse y para un riguroso mejoramiento de sí mismo, cosa que no ocurría con sus contemporáneos. Esto fue escrito por Bennett hace más de un siglo.
100 años después se puede observar que este tipo de trabajadores de cuello blanco está extendida por todo el mundo, y en teoría debería de haber evolucionado la manera de manejar el tiempo libre. Pero no necesariamente ha sido así: Con el surgimiento del Internet y la economía de la atención superficial que este promueve, el empleado ha dirigido su atención a un entretenimiento digital de bajo nivel, e incluso dentro de las mismas horas de trabajo.
Que se nos sugiere
Bennett identifica la solución a este problema: Pensar más en el manejo de nuestro tiempo libre. Esto implica una estrategia donde definas previamente a qué vas a dirigir tu atención, y que no sea en lo primero que te llame la atención. Tener muy claro en qué vas gastar ese día dentro del día. Y entre mejor calidad tenga en lo que utilices tu tiempo libre será menor la fuerza con que te jalen cosas que no valen tanto la pena (como un portal de noticias o de espectáculos o las redes sociales).
Se puede llegar a pensar que el tiempo de ocio no tiene nada que ver con planes u obligaciones. Y el mismo Bennett aclara que eso no es cierto, que es una incomprensión del espíritu humano: El hecho de utilizar tu mente para cultivarte o aprender algo eso no necesariamente te cansa, como es el hecho de un esfuerzo físico. Y precisamente el aprender algo o cultivarte te permite enriquecer tu labor profesional, y por ende la posibilidad de generar un mayor ingreso.
Conclusión
Podemos concluir lo siguiente: Si le das a tu mente algo significativo en todas tus horas que no estás en la tarea profesional, estarás más satisfecho al final del día y comenzarás el siguiente con una mayor sensación de relajación, que si ocupas tu tiempo libre en redes sociales o navegar por Internet sin ton ni son. Y así logres terminar experimentando lo que es vivir y no sólo existir.
¡Feliz domingo y fiestas patrias!
Octavio F. Ballesteros Navarro. Socio del Despacho Asesores Ballesteros.
octavio@ballesterosyasociados.com.mx. FB: asesores Balleste
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