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Un polizón mexicano 

Aparentemente México fue el país mejor librado en los recortes de la producción petrolera de la OPEP y otros países productores. 

“Los peores tiempos con frecuencia generan las mejores oportunidades para hacer buenos negocios”,

Donald Trump.

Aparentemente México fue el país mejor librado en los recortes de la producción petrolera de la OPEP y otros países productores. Todos, menos México, acordaron hacer recortes de un 20% o más para una reducción total de 9.7 millones de barriles diarios. A México se le pidieron primero 400 mil y luego 350 mil, pero se comprometió sólo a 100 mil, o 5.6% de su producción de marzo de 1.781 millones. La secretaria de Energía, Rocío Nahle, se levantó airada de la teleconferencia del 9 de abril porque no se daba a México este trato especial.

El presidente López Obrador, sin embargo, anunció al día siguiente que Donald Trump le prometió que Estados Unidos absorbería 250 mil barriles diarios que le corresponderían a México. Trump no lo confirmó, pero sí dijo el viernes que “compensaría algo del faltante” (pick up some of the slack).

México no torpedeó el acuerdo como se temía. Ayer se dio a conocer que los países productores acordaron un recorte de 9.7 millones de barriles diarios a partir del 1ro de mayo. Estos son 300 mil barriles menos que los 10 millones que se buscaban originalmente. No queda claro si Estados Unidos absorberá algo del faltante mexicano.

Trump no tiene facultades para ordenar recortes a la industria petrolera estadounidense, la cual es privada, especialmente para beneficiar a un tercer país. Pero si absorbe una parte del faltante mexicano, sin duda cobrará el favor. Lo más importante de todo, sin embargo, es que el recorte de 9.7 millones de barriles no es suficiente para elevar los precios del petróleo en este momento.

Rusia y Arabia Saudita, los países clave para el acuerdo, saben que los arreglos entre productores tienen siempre el problema del “polizón” o el “parásito”, el free rider en inglés, el que se beneficia sin aportar nada. México busca beneficiarse del acuerdo, pero sin hacer el recorte que le correspondería. Si bien hay un acuerdo ahora, habrá que ver si otros países no deciden recortar menos de lo que debieran ante el ejemplo de México. Un polizón siempre irrita a los cumplidos.

Trump ha hostigado a muchas empresas por no hacer lo que ordena, pero Estados Unidos es un país de leyes y las compañías saben que pueden enfrentarse al Presidente con éxito. La producción de petróleo estadounidense va a caer, simplemente por el desplome de la demanda, pero es muy difícil saber cuánto, porque hay muchas producciones que no se pueden detener simplemente porque un político lo exige.

Por otra parte, en su libro The Art of the Deal Trump ha dejado muy claro que los favores se cobran. No hay razón para pensar que su “amistad” con López Obrador es suficiente para que no lo haga ahora. No olvidemos las veces que ha declarado que “México no es nuestro amigo”. ¿De cuánto será el cobro? No lo sabemos.

En cuanto al monto total del recorte, el consumo de petróleo en el mundo en 2019 fue de 100.57 millones de barriles diarios, ligeramente abajo de la producción de 100.75. Para este segundo trimestre de 2020 se estima un consumo de 87 millones contra una producción cercana a 100, una diferencia de 13 millones diarios (EIA). Un recorte de 9.7 millones no resolverá el problema. La capacidad de almacenamiento, de hecho, se encuentra ya casi rebasada.

El Gobierno mexicano está contento de ser un polizón y tener los beneficios del acuerdo sin el sacrificio. Las cosas, sin embargo, se pueden complicar todavía.

Cuerda floja

Pemex está en la cuerda floja. Su petróleo se cotiza a 16.54 dólares por barril, contra 49 del presupuesto, y las coberturas no cubren todo el faltante. Es la petrolera más endeudada del mundo, con 105 mil millones de dólares. Una calificadora ya le quitó el grado de inversión; si lo hace una segunda, habría una fuerte venta de sus bonos.

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