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Subsidiariedad en las empresas

Tanto la globalización como la tremenda rapidez del desarrollo de la tecnología tienen la consecuencia de que las empresas deben ser hoy mucho más veloces.

¿Yo solo y tú solo, o ambos juntos?

Tanto la globalización como la tremenda rapidez del desarrollo de la tecnología tienen la consecuencia de que las empresas deben ser hoy mucho más veloces, sobre todo en lo referente a la innovación y la flexibilidad.

Lo anterior requiere de mucha libertad y mínimo totalitarismo, lo cual implica una gran subsidiariedad, ya que a mayor subsidiariedad mayor libertad, y a mayor totalitarismo menor subsidiariedad y menor libertad. Así lo expresé al hablar de los niveles de subsidiariedad, donde también mencioné que todos podemos ser totalitarios en nuestro propio ámbito, por pequeño que éste sea; también los empresarios.

De otra parte, los seres humanos (ellos y ellas) estamos bien hechos, en el sentido de que nuestros intereses coinciden con nuestras aptitudes, es decir, hacemos mejor y trabajamos mejor en lo que más nos interesa, en lo que más nos gusta y nos hace felices. Y esto implica que una empresa en la que todos trabajan en lo que más les interesa será mejor en todos los aspectos: Innovación, flexibilidad, rapidez, rendimiento, etcétera; y también al revés. Esto se ha expresado, hablando de organigramas, mediante el principio “el hombre adecuado en el puesto adecuado”

Pero muchos empresarios, muchísimos, parecen no ser plenamente conscientes de lo anterior, pues quieren que sus colaboradores trabajen en lo que a ellos (a los empresarios) les interesa, y que lo hagan de la mejor manera posible, casi casi al margen de lo que a esos trabajadores les interese; como si el hombre adecuado fuera el que trabajara muy bien en el puesto asignado por el empresario. Y como si los que estuvieran bien hechos fuéramos los empresarios, y no tanto los seres humanos en general.

Y así, se suele contratar a quien es apto para el puesto de destino, sin importar gran cosa los intereses de ese candidato, quien, ante la necesidad de un trabajo y unos ingresos para sobrevivir, suele aceptar el trabajo que se le ofrece, al menos por lo pronto. Pero, más temprano que tarde, dejará la empresa y se cambiará a otra que le ofrezca algo que sea más de su agrado; y quizá luego a otra mejor, y así sucesivamente, con una gran rotación de personal y poco aprovechamiento de la experiencia laboral.

También de parte del contratado suele haber una gran inconsciencia de lo que realmente le interesa, pensando que son los ingresos, el dinero (influencia del capitalismo).

De uno u otro modo, todos nos planteamos qué tanto nos agrada el trabajo que nos ofrecieron y que aceptamos, el que de hecho tenemos; y hay diversos niveles de dicho agrado, que suelen remitir a los diversos niveles de subsidiariedad, es decir, a que nos dejen hacer lo que nos interesa. Al fin quisiéramos ser el director general o incluso el dueño de la empresa o, mejor aun, crear nuestra propia empresa y convertirnos primero en emprendedores y luego en empresarios (influencia de los estudios de administración de empresas).

Y al lograrlo nos encontraremos, ahora nosotros, con el problema de la subsidiariedad de nuestros trabajadores o colaboradores. Entonces estaremos en mejores condiciones de comprender que no se trata tanto de ser empresarios o colaboradores, sino de respetar la subsidiariedad de todos, es decir, de aceptar que los que estamos bien hechos somos los seres humanos en general, y no sólo nosotros como empresarios. Y que las empresas deben buscar el bien del ser humano (la felicidad de todas las personas), y no tanto el bien de los empresarios.

Surge finalmente la pregunta de si podremos ser todos emprendedores y luego empresarios, quizás en soledad, sin tener más subsidiariedad que la propia. La nueva tecnología, sobre todo Internet, parece responder afirmativamente. Pero aparecen dos posibilidades principales: Ser empresarios solitarios, o unirnos como socios (en vez de competir) varios empresarios que tengamos gran afinidad de intereses con el fin de hacer una empresa mayor, pero con los mismos fines comunes.

Es importante desarrollar dicha temática, que será motivo de nuevos artículos.

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