Sólo queda rezar o anticipar
Esta semana también aprendimos que tampoco el Presidente tiene una estrategia para mitigar los efectos de la crisis económica.
Y aunque apenas fue está semana que se declaró la fase 3 de esta pandemia del Covid-19, el enfoque para los gobiernos estatales y locales, y el sector empresarial, tiene que desarrollar ya, una estrategia para la reapertura de la economía, el regreso a clases, como rescatar empleos, empresas y mantener gobernabilidad.
Esta semana también aprendimos que tampoco el Presidente tiene una estrategia para mitigar los efectos de la crisis económica. AMLO presentó este miércoles algo que denominó “el plan económico” que se publicaría como decreto en el diario. Las acciones que destaca el Presidente básicamente son las mismas acciones que subrayó durante su campaña: Austeridad republicana, mismos programas de apoyo, préstamos para microempresarios y continuidad en prioridades de inversión: Dos Bocas, rescate a Pemex, aeropuerto Santa Lucía y el Tren Maya.
Y sí, muchos de ustedes dirán: ¡Qué barbaridad, el mundo cambio en los últimos dos meses! Para el Presidente y su equipo de asesores nada ha cambiado y la 4ta Transformación continúa sin cambios.
Esperemos, mejor dicho, recemos e invoquemos a las deidades para que el Presidente tenga razón, o que cambie de opinión. También aprendimos esta semana que el Presidente está solo en su estrategia económica. A diferencia de otras conferencias de prensa con grandes anuncios, ningún secretario ni asesor ni la CCE que pudieran ayudar a responder preguntas sobre su plan económico. El gabinete económico se ha rehusado a responder preguntas sobre cómo enfrentará México la tragedia que vivirá el País a partir de agosto.
Para el primero de diciembre, otro aniversario más desde que presidente López Obrador asumió el poder, seguramente presumirá de todos sus éxitos de Gobierno -seguramente subrayará que los fracasos serán culpa de Calderón, los neoliberales, de los conservadores.
Y aun los más fervientes seguidores y asesores de AMLO observarán con horror la absoluta falta de sensibilidad del Presidente de lo que está sucediendo afuera del Palacio Nacional: Masivas protestas de personas desempleadas, enfermas, y desplazados por el hambre, la violencia extrema que surgirá en diferentes partes del País. De hecho, no nos deba extrañar que ya en diciembre, el Zócalo de la Ciudad de México se convierta en una ciudad de carpas. El impacto del sufrimiento depende en parte de la capacidad de Andrés Manuel López Obrador, sus secretarios y el equipo cercano de asesores, de reconocer esta nueva realidad.
Pero serán los gobiernos locales, los ejecutivos estatales y municipales quienes jugarán un papel fundamental en buscar mitigar el impacto en el País. Y esto probablemente involucrará desobedecer al Presidente y sus fieles asesores.
Ojo, quiero ser clara que no estoy promoviendo desobedecer al subsecretario Hugo López Gatell. Lo que sí creo es que la información diaria que surge de las conferencias de prensa simple y llanamente no contiene la información fina, de lo que está sucediendo en cada entidad, en cada Municipio, que permita a los ciudadanos entender verdaderamente la gravedad de lo que está sucediendo en su entorno. Además de la información diaria sobre la realidad de lo que está sucediendo con el contagio de Covid-19 (la mayoría de los estados ya tienen conferencias diarias) que debe de incluir, además de contagiados, recuperados y muertos, información detallada de los recursos proporcionados por el Gobierno federal y otros actores de la sociedad. Porque alguien tendrá que asumir los costos políticos de esta debacle, y seguramente tratarán de culpar a los gobernadores y alcaldes. Por eso es importante transparentar para aclarar quiénes son los culpables, además de evitar corrupción.
También urge una conferencia de prensa diaria, de la salud de la economía y que pasos se estarían tomando a nivel estatal y local para empezar a normalizar el funcionamiento de las empresas y el regreso a clases. Y urge, urge que alguien con credibilidad esté proporcionando datas duros, creíbles y analizados de la situación de los estados y municipios, y el impacto real de lo que esta proponiendo el Gobierno federal. Y esta información específica tendrá que surgir de los estados y municipios: De la pérdida de empleo, empresas que cerraron, número de niños que sufren hambruna y que no regresaron a la escuela, población desplazada por la violencia, familias que trataron de inmigrar a Estados Unidos, etc. O sea, los otros datos que no se discuten en las conferencias mañaneras del Presidente, pero que son fundamentales para entender la crisis por venir.
Es casi imposible detener la tragedia que viene. Pero por lo menos, al transparentar la información y tener una estrategia, permitirán a los gobiernos estatales y locales mitigar el sufrimiento.
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